¡Bienvenidos!


Este blog es un espacio diseñado para los alumnos de 5º año de la escuela media. Aqui podrán encontrar el material de clases de la asignatura HISTORIA 5 .
Desde aqui podrán acceder no sólo al programa y los contenidos, también les acerco material fílmico, documentales, música, textos, pinturas, y otros. que les permitirán ampliar su comprensión de los temas abordados en clase.

Prof. Federcio Cantó

viernes, 26 de octubre de 2012

NEOLIBERALISMO Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN ARGENTINA

Ver anterior: ARGENTINA, CRISIS DEL 2001.

LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LOS AÑOS NEOLIBERALES

La ilusión de la “primavera democrática” y la canalización de las demandas sociales mediante la acción poítico-partidaria decayeron cuando la política se mostró incapaz de cumplir las promesas de atender la cuestión social agravada luego de la crisis de la deuda de 1982 y el Plan Austral. En este contexto, Argentina como otros países de América Latina, se sumó a la puesta en marcha de las políticas abiertamente neoliberales. El llamado “Consenso de Washington” proponía la liberalización comercial, privatizaciones, apertura y desregulación del mercado, y ajuste estructural del Estado. Sus recomendaciones fueron seguidas por la administración de Carlos Menem (1989-1999) en un contexto de debilidad de los partidos políticos tradicionales,  y de subordinación orgánica de la Confederación General del Trabajo (CGT) al partido de gobierno.
CONSENSO DE WASHINGTON

La implementación del orden neoliberal afectó dos centros ordenadores de la sociedad argentina: el mundo del trabajo y el Estado. Las elevadas tasas de desocupación, precarización e informalidad impactaron directamente en el incremento de la pobreza y, por lo tanto, en las condiciones de vulnerabilidad social de amplios sectores. Las transformaciones también se hicieron sentir en el proceso de reterritorrialización de los trabajadores .La nueva territorialidad transformó los barrios obreros cercanos a los cordones industriales  en barrios de desocupados. Así, la crisis de representación que afectó a los sindicatos produjo una tendencia a la formación y consolidación de nuevos liderazgos territoriales y comunitarios que canalizaron las demandas de los sectores populares.

Es también difícil de comprender la dinámica política Argentina sin una referencia al Estado, el “sentido común” neoliberal postuló la ineficiencia del Estado para la promoción de bienestar social y la provisión de bienes y servicios públicos, frente a una predicada virtud del mercado como mecanismo eficiente de coordinación social. Mientras lo público y político era desacreditado, el discurso neoliberal fomentaba el individualismo y la privatización. En esta perspectiva, mientras el mundo del trabajo evidenciaba profundas transformaciones, el Estado se retiraba de su lugar de coordinación social y garante de los derechos sociales y económicos para dar lugar al mercado como mecanismo de coordinación social y distribución de recursos. 

Acción colectiva y movimientos sociales en los años neoliberales

CTA, MANIFESTACIÓN
La hegemonía neoliberal (o neoconservadora) debió enfrentar acciones y movimientos sociales producidos por sectores que entendían al nuevo orden como injusto. La formación de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), grupo de sindicatos que se separa de la C.G.T.,  emergió como referente en el campo de protesta de los años noventa, tanto por la acción de sus gremios de base (especialmente ATE y CTERA) como por su disposición a incorporar demandas  de diferentes sectores: desocupados, los jubilados, las amas de casa y los estudiantes. También por reconocer como trabajadores a quienes venden su fuerza de trabajo en el mercado informal ya sean “motoqueros” o meretrices. Por otra parte, dentro de la CGT, y sin proponer un modelo sindical alternativo pero apartándose de la orientación neoliberal del gobierno de Carlos Menem, se conformó el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA). El MTA  fue creado como una línea interna integrada mayoritariamente por los sindicatos ligados al transporte y encabezada por el secretario general del sindicato de Camioneros Hugo Moyano.

Los espacios de resistencia se fueron diversificando y organizando desde los “barrios desbordados”  originando uno de los sujetos políticos más novedosos el “Movimiento de Trabajadores Desocupados”.  El movimiento de trabajadores desocupados, o “movimiento piquetero”, fue bautizado así por la prensa nacional para nombrar a los pobladores que cortaron rutas a mediados de la década del noventa en localidades como Cutral Co y Plaza Huincul (1996-1997) y Salta (1997-1998). Con sus primeras acciones de protesta resignificó el “piquete” como un instrumento de acción capaz de obtener notable visibilidad. Este movimiento alcanzó mayor desarrollo en las zonas fabriles devastadas por la política de desindustrialización que propuso el neoliberalismo.

MTD- ANÍBAL VERÓN
 El MTD incorporó el corte como opción estratégica (que adquirió rasgos identitarios, culturales y simbólicos) y  logró participar en la administración de diferentes planes sociales que el gobierno nacional, provincial y local ofreció como modo de descomprimir el conflicto y obligaba a los desocupados a organizar ciertos emprendimientos con una contraprestación. La posibilidad de acceder a recursos y la necesidad de construir proyectos cooperativos para mantenerlos incentivó a las organizaciones de desocupados, las cuales construyeron espacios comunitarios que propusieron nuevos lugares de encuentro y experiencias colectivas. Comedores populares, merenderos, emprendimientos “productivos” como panaderías, pequeños talleres textiles.

 En julio de 2001, ya en la aceleración de los conflictos que estallarían en diciembre, se convocaron a encuentros nacionales de organizaciones sociales –conocidos como Congresos Piqueteros- que acodaron un pliego de reivindicaciones y un plan conjunto de acciones de protesta. De allí en adelante las divisiones internas, los realineamientos y la incapacidad de articulación del movimiento con otros sectores evidenciaron los límites de la lógica “movimiento social”.

La relación de los movimientos de trabajadores desocupados con el sindicalismo no ha sido fácil. La CTA procuró desde un inicio dar una respuesta organizativa a los trabajadores desempleados haciendo hincapié en su condición de trabajadores a través de la promoción de la afiliación directa a la Central. Si bien la CTA articuló con un conjunto de organizaciones de desocupados ha sido su Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV) -originalmente pensada para dar cuenta de las problemáticas barriales de los trabajadores- su principal herramienta de acumulación bajo el liderazgo de Luis D’elia. Por su parte el MTA realizó algunos apoyos a reclamos puntuales de los desocupados pero sin considerarlos parte del “movimiento obrero organizado” y un fenómeno coyuntural que se debilitaría en la medida que la Argentina salga del neoliberalismo y los trabajadores vuelvan a sindicalizarse. En general, el movimiento de desocupados fue visto con desconfianza por los sindicatos más tradicionales.
FTV. LUIS D´ELIA

 El movimiento de fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores, como casi todos los movimientos sociales, es heterogéneo, pero parten de una situación particular vinculada al cierre efectivo o inminente de la unidad productiva y la opción de los trabajadores de resistir esta situación ocupando la empresa y buscando su reapertura. Éste movimiento social sumó el aporte simbólico de una experiencia que se basa en poner en cuestión la propiedad de los medios de producción y el rol de los trabajadores, valorizando sus saberes e impugnando el lugar subordinado al que los arroja la obediencia al patrón y al capital.

MADRES DE PLAZA DE MAYO
Pero no todas las protestas sociales y los movimientos sociales que se desarrollaron en la década del noventa tuvieron demandas ligadas al mundo del trabajo. Entre estos movimientos sociales cabe destacar el compuesto por las organizaciones de derechos humanos que cobraron notoriedad en los últimos años de la dictadura militar y continuaron su accionar en la década del ochenta. Sus referentes más visibles fueron Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo. El pedido de las organizaciones de “aparición con vida” de los desaparecidos fue lentamente mutando en “juicio y castigo a los culpables” y el reclamo de información sobre el destino de las víctimas de la represión estatal.

El movimiento de derechos humanos se enfrentó a las llamadas “leyes de impunidad” (La Ley de obediencia debida y la Ley de Punto Final) promovidas por el gobierno de Raúl Alfonsín y luego a los indultos a los comandantes de las Fuerzas Armadas condenados en el “Juicio a las Juntas” de 1985 decretado por Carlos Menem. La agitada actividad de los organismos de derechos humanos tuvo una reactivación importante cuando hacia 1996 –el vigésimo aniversario del golpe de Estado- aparecieron los HIJOS, Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio, que agrupaba a los hijos de desaparecidos y asesinados por la dictadura.
H.I.J.O.S - ESCRACHE A MASSERRA

La emergencia en la escena pública de los jóvenes (la mayoría rondaba los veinte años) renovó la fortaleza del movimiento de derechos humanos ya que aprovechó los recursos materiales y simbólicos construidos en años de luchas anteriores a la vez que introdujo nuevas discusiones –a partir de una reivindicación de la militancia de los padres- y la instrumentación de un instrumento de acción colectiva popularizado como “escrache”. La presencia en la calle de los Hijos otorgó un nuevo espacio de visibilidad a los organismos de derechos humanos, especialmente Madres de Plaza de Mayo (dividida en dos corrientes) y Abuelas de Plaza de Mayo, acercando a la lucha a jóvenes a través de expresiones culturales como recitales de rock, murgas y teatro.

Los cambios en la dinámica política hicieron que en la década del noventa los movimientos sociales sean los encargados de procesar demandas más allá de los partidos y por fuera de los sindicatos

Diciembre de 2001

Las elecciones de 1999 llevaron a la Alianza UCR-Frepaso al gobierno nacional con la promesa de mantener las bases del modelo y atacar a la corrupción como principales promesas de campaña. No obstante, el modelo económico mostró cada vez más síntomas de agotamiento plasmados en una fuerte recesión y los escándalos de corrupción salpicaron al gobierno de Fernando de la Rúa, a la par que su figura sufría un importante descrédito. El deterioro en las condiciones socioeconómicas de gran parte de la población evidenciada por los índices de pobreza y desocupación, la crisis de representación política y el debilitamiento de la autoridad presidencial provocaron un aumento de las protestas desde 1999 hasta desembocar en diciembre de 2001, marcado por la desobediencia popular frente el estado de sitio dictado por el presidente Fernando de la Rúa y el enfrentamiento a la represión con más de treinta muertos por la policía.
CACEROLAZO 2001- QUE SE VAYAN TODOS

 El saldo organizativo de las jornadas de diciembre fueron las múltiples asambleas ciudadanas que se formaron bajo la consigna “Que se vayan todos”. La crisis de representación tuvo así en los sectores medios urbanos su cristalización organizativa en nucleamientos que asumían las formas asamblearias para la toma de decisiones, el “cacerolazo”, junto a otros instrumentos tradicionales, y una impugnación del vínculo representativo. Las asambleas repolitizaron espacios (el barrio, las plazas, la calle) y relaciones sociales (el vecinazgo) por fuera de los canales tradicionales de participación política y la lógica estatal de la política.

Las movilizaciones sociales encabezadas tanto por los movimientos de desocupados como por las insipientes y activas “Asambleas Barriales” confluyeron en la recordada marcha del 28 de enero de 2002, marcando el intento de articular bajo la consigna “piquete y cacerola, la lucha es una sola” demandas de dos de los actores de la protesta más visibles de aquel verano.

El gobierno de Eduardo Duhalde elaboró un juego de partidas múltiple y cortoplacista para dominar la crisis. La pesificación de la economía favoreció a un sector del empresariado que vieron licuadas sus deudas, entre ellos el principal formador de opinión del país en ese momento, el grupo Clarín, y sus cientos de empresas de medios de comunicación. Los partidos tradicionales brindaron un silencioso apoyo al intento de restituir el orden perdido, mientras que más enfáticos fueron los gobernadores quienes también veían amenazada la gobernabilidad de sus provincias. Lo sectores sindicales de la CGT en sus diferentes expresiones se mantuvieron expectantes ante la vuelta del Partido Justicialista al gobierno.

Los movimientos sociales más significativos como el movimiento de desocupados comenzaron a mostrar diferencias en sus organizaciones en cuanto a la estrategia a seguir y cómo relacionarse con el nuevo Gobierno. La entrada en vigencia de los Planes Jefes y Jefas de Hogar Desocupado supuso un ingreso de cincuenta dólares mensuales para casi dos millones de familias en la búsqueda de contener la demanda en las calles. Algunas organizaciones como la FTV y la CCC se enfocaron en obtener recursos para administrar mediante el acceso a planes de empleo y evaluaron que la profundización de la crisis no redundaría en transformaciones populares. Por su parte otro grupo de organizaciones nucleadas en la CTD Aníbal Verón y el Polo Obrero optaron por redoblar la apuesta con movilizaciones y protestas callejeras reclamando la ampliación de subsidios y aumento de los planes sociales. En una de estos cortes de rutas, el 26 de junio de 2002 fueron asesinados dos jóvenes manifestantes Darío Santillán y Maximiliano Kosteky por miembros de la policía de la provincia de Buenos Aires . Como respuesta a la muerte de los piqueteros se sucintaron nuevas olas de protestas que produjeron la articulación de los diferentes sectores, la CTA, los organismos de derechos humanos, las Asambleas Barriales y el movimiento estudiantil que forzaron a una convocatoria a elecciones presidenciales para marzo de 2003. Ante la inminencia de las elecciones los movimientos sociales optaron por mantenerse al margen de la contienda y en la mayoría de los casos denunciando la convocatoria como una trampa electoral. 

Referencia electrónica
Martín Retamozo, « Movimientos sociales, política y hegemonía en Argentina », Polis[En línea], 28 | 2011, Puesto en línea el 13 abril 2012, consultado el 25 octubre 2012. URL : http://polis.revues.org/1249 ; DOI : 10.4000/polis.1249


ACTIVIDADES:
a) Identificá las causas principales que impulsaron la formación de los movimientos sociales.
b) Diferenciá los distintos grupos y organizalos según el tipo de reclamo que los nuclea.
c) Identificá y describí las nuevas formas de protesta que pusieron en práctica estos grupos.

viernes, 19 de octubre de 2012

ARGENTINA, CRISIS DEL 2001

LA DESREGULACIÓN DEL ESTADO ARGENTINO Y SU IMPACTO ECONÓMICO-SOCIAL


EL 21 de diciembre de 2001 se produjo el  derrumbe de la economía argentina, producto de las políticas neoliberales aplicadas en nuestro país desde  mediados de 1970.  Sus consecuencias fueron perjudiciales desde todo punto de vista. El partido gobernante, la U.C.R., liderado por el Presidente Antonio De La Rúa, abandonó el poder dejando tras de sí un país devastado por una profunda crisis económica y social sin precedentes en la historia Argentina.






El transcurso de una década de reencauzamiento de la política económica, abandonando las recetas neoliberales, permitieron una vertiginosa recuperación de la economía y la disminución de la conflictividad social. Sin embargo, existe una marcada polarización social, estimulada por los principales medios de comunicación, producto de dos visiones antagónicas. Por un lado, el discurso oficial del Estado, que presenta una mirada optimista de la realidad argentina. Por otra parte, una visión apocalíptica de la situación social, política y económica de nuestro país, promocionada por los principales medios de comunicación asociados a una corporación conocida como “Grupo Clarín”.

La inminente aplicación de la ley de medios audiovisuales, que comenzará a regir el 7 de diciembre está generando tensiones en nuestra sociedad. El objetivo de esta ley es evitar la concentración de los medios audiovisuales, e impedir que los flujos de información sean “monopolio” u “oligopolio” de una o algunas pocas corporaciones dominantes,  para permitir el acceso de los “receptores” a la pluralidad de ideas, identidades y opiniones que coexisten en nuestra sociedad.

Para reflexionar sobre esta “tensión” producida por la ley, debemos comprender como se “construye” la información en los medios audiovisuales. Las noticias emitidas desde los medios de comunicación  son recortes, fragmentos, de la multitud de hechos que diariamente se producen en nuestro país y en el mundo. Los medios masivos seleccionan cuales de los hechos son las “noticias” más importantes que deben ser analizadas y difundidas. A su vez, la emisión de estas noticias, nutren e influencian la formación de opinión en los “receptores”. Analizar que hechos son considerados noticia y cuales son descartados nos permite identificar los intereses, económicos, políticos, sociales y culturales que motivan la selección de la información de un medio masivo de comunicación.

La imparcialidad de la información es imposible, seleccionar es tomar una posición de acuerdo a algún interés. Por tal motivo es deseable poder reconocer las “líneas editoriales” de los medios de comunicación para comprender a que intereses representan. Para ello, les propongo que investiguen como fue tratada la información en la semana previa al estallido del 2001.  Las tapas de la prensa gráfica presentaron dos miradas diferentes sobre lo que sucedía en el país durante esos días. Para investigar lo sucedido usaremos dos diarios con líneas editoriales marcadamente diferenciadas, el diario “Página 12” y el diario “Clarín”.

Ver siguiente: ORGANIZACIONES SOCIALES EN LOS AÑOS NEOLIBERALES

MODALIDAD DE TRABAJO: Grupal (3 o 4 integrantes)
FECHA DE ENTREGA:
CONSIGNAS DEL TRABAJO PRÁCTICO:

1)      Seleccionen una fecha entre el 16 y el 21 de Diciembre de 2001.
2)      Ingresen por internet a los archivos de los diarios Clarín y Página 12 y busquen las ediciones de esa fecha.
3)      Observen con atención las noticias y las imágenes de tapa que presentan ambos diarios en la fecha seleccionada.
4)      Diferencien las noticias sociales, políticas y económicas destacadas en las tapas y analicen su contenido.
5)   Realicen una síntesis de las noticias sobre los acontecimientos de esa fecha presentados en cada publicación.
6)     Comparen las noticias e imágenes de tapa.
7)   Elaboren un texto donde se analice las diferencias y similitudes que presentan las notas e imágenes de ambos diarios.
8)    Finalicen el texto con una conclusión, justificada mediante ejemplos y argumentos, donde expresen cuál de los diarios reflejaba las noticias más importantes y cuáles serían los intereses de cada línea editorial .

DIARIO PAGINA 12. 16 DE DICIEMBRE DE 2001
DIARIO CLARÍN, 16 DE DICIEMBRE DE 2001

DIARIO PÁGINA 12, 17 DE DICIEMBRE DE 2001

DIARIO CLARÍN, 17 DE DICIEMBRE DE 2001





















DIARIO PÁGINA 12, 18 DE DICIEMBRE DE 2001
DIARIO CLARÍN, 17 DE DICIEMBRE DE 2001








































DIARIO PÁGINA 12, 18 DE DICIEMBRE DE 2001









































DIARIO CLARÍN, 18 DE DICIEMBRE DE 2001









































DIARIO PÁGINA 12, 19 DE DICIEMBRE DE 2001







































DIARIO CLARÍN, 19 DE DICIEMBRE DE 2001








































DIARIO PÁGINA 12, 20 DE DICIEMBRE DE 2001







































DIARIO CLARÍN, 20 DE DICIEMBRE DE 2001








































DIARIO PÁGINA 12, 21 DE DICIEMBRE DE 2001







































DIARIO CLARÍN, 21 DE DICIEMBRE DE 2001















































AJUSTE EXPANSIVO EN EL MENEMISMO


Ver anterior: RESTAURACIÓN DEMOCRÁTICA Y NEOLIBERALISMO.

MENEM Y EL AJUSTE EXPANSIVO (1989-1995)

El segundo período democrático, encabezado por Carlos Saúl Menem, se inicia anticipadamente en julio de 1989. Su gobierno descarta todo enfrentamiento económico, nacional e internacional. Adopta un criterio pragmático y acepta las reglas de juego del proceso de globalización económico creciente y el pago de los compromisos del endeudamiento externo. 

MENEM CONVERTIBLE


Las estrategias a corto y mediano plazo se basaron en dos supuestos: 1) Es necesario sanear la situación financiera estatal comprometida por la elevada deuda pública, por lo que un período transicional es indispensable, y , 2) La política económica a largo plazo debe seguir los principios del “Consenso de Washington”, implementando sus recomendaciones de apertura externa y privatizaciones, lo que dio inicio a un oscuro proceso de privatización de empresas estatales de producción de bienes y servicios.

La inserción eficiente en el mercado internacional obliga a asumir el desafío de la competitividad y el ingreso a nuevos mercados. La Argentina y Brasil estimulan la creación de un acuerdo de integración regional que incluye a Paraguay y Uruguay en su primera etapa. Este acuerdo apunta a constituir desde el 1° de enero de 1995 una Unión Aduanera que promueve la desaparición de las fronteras interiores para el tránsito de bienes y personas, y el establecimiento de un Arancel Externo Común.

En el año y medio transicional, iniciado con la sanción de una Ley de Emergencia que permite al poder ejecutivo transformar con total libertad al Estado, se lanza el Plan de Convertibilidad en marzo de 1991. Esta ley establecía un tipo de cambio fijo, por ley, y convertía a la moneda argentina en un apéndice del dólar, renunciando a una política monetaria y cambiaria autónoma. El objetivo era la estabilización de precios y el control de la hiperinflación. Para garantizar la convertibilidad, el Estado se compromete a no emitir moneda para financiar su déficit interno. Por lo tanto, el nivel de circulación de moneda interna dependía de las reservas en moneda externa que poseía el Banco Central.

La política económica, a cargo del ministro Domingo Cavallo, a partir de la Convertibilidad apuntó a obtener un superávit fiscal para el pago de la deuda externa. Con este fin se alentó la recaudación impositiva, se incorporaron recursos provenientes de las privatizaciones y se tomaron créditos internos y externos. A diferencia de la etapa de Ajuste Recesivo anterior, el plan impuso el “Ajuste Expansivo”. 
CARLOS MENEM Y DOMINGO CAVALLO SONRIENDO

Como la mayor parte de los ingresos provenían de los impuestos al consumo, fue preciso estimular la expansión del consumo para alcanzar el superávit presupuestario. El crecimiento económico era fundamental para el plan, sin importar cuales eran los sectores productivos y sociales favorecidos. 
A la vez, el proceso de privatizaciones permitió afianzar los vínculos con los grupos económicos. En todos los casos los compradores resultaron asociaciones entre grupos económicos locales, empresas internacionales y algunos de los principales bancos acreedores de la deuda del Estado. 

Las importaciones subsidiadas por un tipo de cambio sobrevaluado crecieron espectacularmente frente a un aumento moderado de las exportaciones, lo que provocó una competencia ruinosa para la industria nacional y un desequilibrio en la balanza comercial cada vez mayor. El sistema financiero recibió abundantes recursos provenientes del exterior. Este ingreso de fondos especulativos, necesarios para financiar el saldo negativo de la balanza de pagos, sirvió para alimentar el crédito al consumo y permitió la expansión productiva. 

A partir de 1994, cuando se interrumpe el flujo de ingresos especulativos por el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, se produce una emigración de capitales hacia el exterior provocando una drástica caída en el nivel de los depósitos y un incremento excesivo de las tasas de interés interno, que a su vez provocó el cese de los créditos al consumo y a la producción, y la quiebra de numerosos bancos.

Entre 1994 y 1995 desaparecieron decenas de miles de pequeñas y medianas empresas, acentuando la presencia cada vez más dominante de grandes conglomerados productivos alentando el proceso de concentración económica. La estrategia económica dominante generó resultados altamente costosos desde el punto de vista social: explosivo crecimiento del desempleo y subempleo estructural, una caída en el nivel de vida de la población y una redistribución del ingreso altamente regresiva. 
LA DESREGULACIÓN DEL ESTADO, CARICATURA.

Se hizo evidente la polarización social en dos polos; el de los más pobres y el de los más ricos. Una gran parte de los sectores medios engrosan las filas de los “nuevos pobres” que anteriormente eran pequeños y medianos empresarios, profesionales, jubilados, empleados públicos, asalariados del sector terciario y otros integrantes de la clase media.

El modelo neoliberal fue el responsable de serios desajustes socio-económicos y produjo un alto nivel de endeudamiento externo. Durante el plan de Convertibilidad la deuda externa se incrementó en un 50%. Es de destacar que el P.B.I. per cápita de 1995 es inferior al registrado en 1969.  

En estos cuatro años, el proceso de crecimiento de la producción fue muy selectivo, los rubros más favorecidos estuvieron encabezados por el sector automotor, los electrodomésticos, las agroindustrias, encabezadas por el aceite de soja, y el petróleo. Otras actividades que crecieron fueron la construcción de viviendas para sectores medios y altos, así como las relacionadas con la producción de bienes suntuarios. La apertura externa, vía Mercosur, permitió ampliar la venta de insumos y alimentos que la economía brasileña no producía. Sin embargo, esta expansión no fue suficiente para compensar los problemas recesivos ni la subutilización de la fuerza de trabajo. Hacia fines de 1995, la mayoría de los sectores que habían logrado elevar su ritmo de actividad, mostraron claros signos de retroceso.

Si bien el producto bruto entre 1991 y 1995 se incrementó en un 18,2, mientras los salarios se estancaban o retrocedían. El incremento de la productividad tuvo un destino concreto, el sector del capital. Como conclusión de este último cuarto de siglo, sembrado de conflictos sociales y políticos queda, un saldo poco satisfactorio. La aceptación mayoritaria de la sociedad argentina, expresada a través de las urnas en 1995, supuso valorizar la estabilidad y reconocer las serias dificultades en escoger un camino alternativo antes que rechazar las condiciones cada vez peores del nivel de la calidad de vida. Esta situación insostenible, continuada por el gobierno de De la Rua desde el 10 de diciembre de 2009, hizo explosión en el 2001. El inevitable estallido social, caracterizado por saqueos y desmanes en distintos puntos del país, puso fin a este círculo vicioso de ajuste y endeudamiento recurrentes.

Adaptación de ROFMAN, A Y ROMERO L.A,  SISTEMA SOCIOECONÓMICO Y ESTRUCTURAL REGIONAL EN LA ARGENTINA, Amorrou, Bs. As. 1998. P-p 109-202

Ver siguiente: CONSECUENCIAS DEL NEOLIBERALISMO EN ARGENTINA, CRISIS DE 2001.

Actividades:

1) Establecé las diferencias entre las etapas de AJUSTE ESTRUCTURAL Y AJUSTE EXPANSIVO.

DEMOCRACIA Y NEOLIBERALISMO

Ver anterior: GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA Y DICTADURA.

LA RESTAURACIÓN DEMOCRÁTICA, AJUSTE ESTRUCTURAL Y AJUSTE EXPANSIVO (1983-2001)

El 30 de octubre de 1983 es electo presidente Raúl Ricardo Alfonsín, apoyado por un amplio consenso, con la propuesta de construir un Estado de derecho. Sin embargo, la vigencia de las instituciones democráticas no alcanzaba para desarmar la trampa económica heredada del gobierno militar y responder a los reclamos populares.
RAÚL RICARDO ALFONSÍN, 1983

Los sectores económicos concentrados, asociados al capital financiero internacional, impulsaron el acuerdo del gobierno con el F.M.I. (Fondo Monetario Internacional) para regularizar el problema de la impagable deuda externa. La presión ejercida por estos grupos, junto con los reclamos obreros hizo peligrar la continuidad del gobierno.

Debe reconocerse a favor de éste gobierno el afianzamiento de las libertades democráticas y el enjuiciamiento de las Juntas Militares que encabezaron la represión durante la última dictadura. En 1983 el contexto económico internacional estuvo marcado por una traumática moratoria de la deuda externa mexicana que provocó un impresionante aumento en las tasas de interés. Los países deudores como la Argentina debieron ordenarse bajo un modelo de ajuste estructural. El gobierno tuvo el compromiso de asegurar, antes que nada, el pago de los compromisos internacionales.

Los cinco años y medio de la renovada ilusión democrática, finalmente frustrada, son la historia del enfrentamiento entre quienes quieren cobrar estrictamente y aquellos que intentan, sin lograrlo, reformular esa exigencia para dejar un espacio para el desarrollo de una política nacional relativamente autónoma.

El Ajuste Estructural es el enfoque neoliberal de la estrategia de crecimiento. Este enfoque se orienta hacia dos objetivos: Por una parte, el puntual pago de la deuda externa; Por otra, busca insertar a las economías de los países dependientes en el nuevo escenario económico internacional. El principal argumento que utiliza este enfoque es el elevado costo que implica mantener el Estado de Bienestar, característico de la etapa anterior. El Estado, entonces, debe reducirse en tamaño y aumentar en eficiencia para ser menos costoso a la actividad privada que para su sostenimiento debe pagar altos impuestos. La reducción del Estado debe realizarse al costo social que sea necesario y su intervención reguladora debe ser suprimida para que las fuerzas de la iniciativa empresarial se desarrollen dentro de las fuerzas del mercado.

Para lograr la reducción del Estado de Bienestar existe una “receta”: La privatización, la apertura comercial y financiera, la desregulación y la estabilidad de la moneda. Estas acciones privilegian el equilibrio de las cuentas del Estado y exigen un excedente presupuestario anual equivalente al pago del capital y los intereses de la deuda externa.
LEVANTAMIENTO MILITAR DE SEMANA SANTA

Entre 1983 y 1987 se intentó, en un principio, acordar con los acreedores un plan de pagos que permitiera la acumulación interna y dilatara los plazos para los pagos de los compromisos existentes. Más adelante, se intentó conformar un “club de deudores” para afrontar de forma conjunta con otros estados latinoamericanos el proceso de negociación con los acreedores externos. A los sucesivos fracasos de estos intentos se sumó la pérdida de la credibilidad de la palabra oficial cuando se desató la crisis militar de Semana Santa.

El poder económico concentrado, la C.G.T., y los bancos acreedores, jugaron un importante rol perturbador económico y social, donde cada sector defendía sus propios intereses perjudicando al conjunto de la sociedad, acelerando la inflación y debilitando al poder del Estado para negociar con el exterior.

Entre 1985 y 1989 se vivieron cuatro años de crisis económicas recurrentes, de conflictos sociales (13 paros generales de la C.G.T.), que acentuaron el retroceso productivo. El “golpe de mercado” final fue el derrumbe del Plan Primavera, ideado en Agosto de 1988. EL plan, fue un acuerdo intersectorial e internacional que apuntaba a contener la inflación y a buscar un acuerdo con los acreedores externos a quienes se les habían suspendido el pago de los intereses de la deuda desde principio de año.

A principios de 1989, la banca financiera multilateral, los acreedores externos, los grandes grupos económicos y la dirigencia política opositora decidieron que era preferible apostar al candidato opositor y descartar todo acuerdo con el gobierno. El acelerado aumento de precios entre marzo y mayo de 1989 destruyó el Plan Primavera provocando una hiperinflación de tres dígitos y precipitó una entrega anticipada del gobierno en medio de saqueos y asaltos a comercios.

La crisis hiperinflacionaria compartida entre el gobierno entrante, de Carlos Saúl Menem, y el saliente, de Alfonsín, elevó a cifras inéditas los niveles de pobreza y desempleo. El P.B.I. de 1989 fue un 10% menor al de 1983, e incluso menor al del inicio del gobierno militar.

GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA 1973-1999

Ver anterior: DESARROLLISMO Y CAPITAL EXTRANJERO

LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA (1973-1999)

Esta etapa comienza con la dificultosa reinstalación de la institucionalidad democrática que tendrá una vida efímera. Su característica es una generalizada crisis social, política y económica. Los inicios de este período  estuvieron marcados por enfrentamientos con alto costo de vidas, asesinatos impunes, persecuciones políticas y serias perturbaciones en la marcha de la económica.

En este contexto se produjo la restauración democrática con la presidencia del justicialista Héctor Cámpora, el 25 de mayo de 1973. Las luchas internas dentro del partido se trasladaron a las instituciones representativas del gobierno. En junio regresó Perón al país y se produjo la “Masacre de Ezeiza”, donde una emboscada de la derecha peronista desde el palco de honor, arremete contras las columnas que venían a reencontrarse con su líder dejando un saldo de 13 muertos y 365 heridos.
En julio renuncia Cámpora y convoca a elecciones. En septiembre, es consagrado Perón como presidente y María Estela Martínez como vicepresidente. La ansiada pacificación del país con la vuelta del líder pronto demostró ser una ilusión. La situación empeoró aún más con la muerte del Perón el 1° de julio de 1974.

En el plano económico, el país tuvo un desempeño satisfactorio hasta 1975, pese a los pronósticos apocalípticos generados desde la oposición y los deseos de los sectores juveniles que pretendían una profunda transformación estructural de la argentina. Al inicio del período aún sobrevivía un modelo semicerrado de sustitución de importaciones, con fuerte presencia del capital extranjero en el segmento más moderno de la industria y con una marcada presencia del Estado.

Sin embargo, la balanza de pagos mostraba resultados negativos; Las actividades industriales complejas poseían un escaso desarrollo; los productos con alto valor agregado no formaban parte sustancial de las exportaciones. El desarrollo del mercado interno encontraba limitaciones para expandirse debido a la distribución regresiva del ingreso, producto de las políticas económicas anteriores.

El nuevo gobierno intentó un relanzamiento del crecimiento económico. El plan se proponía como objetivos para lograr la independencia económica: la plena vigencia de la justicia social, una fuerte expansión de la actividad económica, una alta calidad de vida, la unidad nacional y el desarrollo económico de las regiones atrasadas.

El plan comenzó a ser implementado en la primera etapa del gobierno con el apoyo de la oposición en el parlamento. Se establecieron actas de compromiso entre la Confederación General  del Trabajo, la Confederación General Económica y el Estado para concertar acuerdos de crecimiento e inversión. A nivel provincial se implementaron programas de reforma agraria que contemplaban la expropiación de tierras para ser entregadas a minifundistas con apoyo de créditos y asistencia técnica.

Estas medidas buscaron fortalecer el rol del Estado regulador, afirmar una política de redistribución progresiva de los ingresos y recuperar la autonomía económica nacional. Sin embargo, desde mediados del ´74 comenzaron a manifestarse signos de deterioro del plan, luego del fallecimiento de Perón. A esta situación se agregó el recrudecimiento de la violencia, en especial la ejercida por el Estado a través de la tristemente célebre Triple A.

La reorientación de esta política económica, a mediados de 1975, conocida como el “Rodrigazo”, pone fin al período y desencadena serias convulsiones sociales. Desde el poder político se comenzó un proceso de transformación, mediante el ajuste, devaluación y congelamiento de salarios, de la economía argentina en el marco de la estrategia neoliberal propuesta por el capitalismo mundial.
La necesidad de que el modelo de crecimiento se ajuste a esta nueva estrategia, donde van a beneficiarse los intereses del capital financiero concentrado, provoca el Golpe Militar de marzo de 1976.

AUTORITARISMO Y REGRESIVIDAD ECONÓMICA (1976-1983)

El Golpe se produce en una situación de caos generalizado, de violencia y persecución ideológica desde el estado, que había llegado a niveles intolerables. La sociedad asistió a la llegada del nuevo “orden” sin manifestar oposición visible.
El contexto económico y político internacional ayuda a comprender mejor la situación de nuestro país. Hacia fines de la década del ´60 y comienzos de los ´70, los países centrales vieron caer las tasas de ganancia de sus principales empresas, el debilitamiento de la productividad, el incremento de la inflación y el déficit del sector público. En 1973, un hecho sorpresivo, se produce la elevación del precio del petróleo en un 300% determinado por los países productores. El sistema bancario de los países centrales capta los excedentes monetarios de los países productores de petróleo, incapaces de invertirlos productivamente en sus propios países.

Esta situación modificó el enfoque económico de los países centrales impulsando un nuevo modelo conocido como el “enfoque monetarista”. Éste, busca desmantelar la economía de bienestar o Keynesiana, adoptando una severa disciplina fiscal, aceptando un alto desempleo y liberando la movilidad de bienes y capitales. El enfoque monetarista supone que el mercado, funcionando sin restricciones, el mejor regulador de los recursos disponibles y disciplinador de los comportamientos sociales.

El Estado de Bienestar debe dar paso al Estado subsidiario, que debe retirarse de su función intervencionista y reguladora para liberalizar la economía. Se debe reorientar y abrirse a las corrientes internacionales de bienes y dinero. Los países periféricos se convierten en tomadores de los fondos excedentes producidos por los “petrodólares”.

Para incorporar a la argentina a este enfoque era necesario tomar el poder político. La banca externa, los sectores empresarios asociados al capital internacional y los sectores más concentrados de la actividad agropecuaria, promueven el Golpe de Estado. El gobierno militar pone a disposición de sistema financiero internacional  los principales puestos del área económica. El Ministerio de Economía es ocupado por José Alfredo Martínez de Hoz, miembro del directorio del Chase Manhattan Bank en Argentina; el Secretario de Hacienda, Juan Alemann, representaba en la Argentina a la Unión de Bancos Suizos.

El principal objetivo de la política de Martínez de Hoz fue sustituir el mercado financiero existente por otro que tuviera una elevada liquidez y facilidad de entrada y salida de capitales en estrecha conexión con el exterior. Los instrumentos de la política económica fueron cinco:
1) Liberalización del sistema de precios máximos, disminuyendo los aranceles de importación. El objetivo era igualar los precios internos con los externos. Se reducen las retenciones a las exportaciones del sector primario. Su resultado fue el aumento significativo del precio de los productos en el mercado interno.

2) Se eliminaron las convenciones colectivas de trabajo y se congelaron los salarios.
3) La reforma financiera de 1977 permitió abandonar el control, por parte del Banco Central, de la política financiera, favoreciendo al sector financiero concentrado interno y externo.
4) La eliminación de precios mínimos que aseguraban la producción de cereales y las leyes de promoción industrial, la interrupción de los programas de reforma agraria. El impacto de las medidas debilitó la capacidad negociadora de los pequeños productores en los mercados internacionales.
5) La política de estabilización de precios buscó igualar los precios del mercado interno con los del mercado internacional.

Esta política prosiguió hasta 1981, provocando la reacción de los sectores más perjudicados y un retroceso en la actividad industrial destinada al mercado interno y a la exportación. El P.B.I industrial de 1983 fue un 15% menor que el de una década atrás, en 1973. Este fenómeno no es común en la historia de las sociedades. Las elevadas tasas de interés y la apertura externa alentaron la importación sustitutiva y el deterioro del poder adquisitivo del salario.

Entre 1981 y 1983 se continúo con esta política económica con fuertes ajustes. La Guerra de Malvinas buscó recuperar la popularidad del proyecto y asegurar la continuidad del gobierno militar. La derrota de esta aventura bélica descabellada fue el detonante hacia la transición democrática. La institución del endeudamiento externo fue un factor perturbador de las economías periféricas como la argentina. El problema de la deuda externa se acentuó al estatizarse las deudas contraída por las empresas privadas con bancos del exterior bajo la gestión de Domingo Cavallo.

Los grupos favorecidos por este proceso fueron los oligopolios y empresas transnacionales que impusieron una nueva modalidad de acumulación que desencadenó una profunda crisis económica. Los perjudicados por la aplicación del modelo monetarista fueron los sectores asalariados y los pequeños y medianos empresarios, así como las grandes empresas nacionales asociadas a estos segmentos del mercado interno.

Este proceso se lo conoce como la “Década Perdida”. Hacia principios de 1982, el fracaso de la estrategia económica y el fracaso de la guerra de Malvinas obligaron al régimen militar a restablecer las instituciones democráticas. El 30 de octubre de 1983 fueron reemplazados por autoridades legítimamente elegidas, dejando al descubierto la extrema gravedad de la herencia económico-social y las secuelas de la represión con miles de asesinatos y desaparecidos.

Ver siguiente: NEOLIBERALISMO Y DEMOCRACIA.

Trabajo Práctico:

Tema: El autoritarismo y la regresividad económico- social (1976-1983)
Consignas: Leer el texto anexo y responder las siguientes preguntas.
1)¿ En qué contexto interno y externo se produce el golpe de Estado de Marzo de 1976?
2)¿ Qué grupos sociales impulsan el golpe del ´76?
3) ¿Cómo se caracteriza el nuevo enfoque “monetarista”?
4) ¿A qué sectores representan los titulares del ministerio de economía y hacienda?
5) ¿Que política económica impulsa Martínez de Hoz y cómo la instrumenta?
6) ¿Cuáles son las consecuencias sociales y económicas que produce esta política económica?
7) ¿Qué causas determinan el fin de la dictadura de 1976?