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Este blog es un espacio diseñado para los alumnos de 5º año de la escuela media. Aqui podrán encontrar el material de clases de la asignatura HISTORIA 5 .
Desde aqui podrán acceder no sólo al programa y los contenidos, también les acerco material fílmico, documentales, música, textos, pinturas, y otros. que les permitirán ampliar su comprensión de los temas abordados en clase.

Prof. Federcio Cantó

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viernes, 19 de octubre de 2012

AJUSTE EXPANSIVO EN EL MENEMISMO


Ver anterior: RESTAURACIÓN DEMOCRÁTICA Y NEOLIBERALISMO.

MENEM Y EL AJUSTE EXPANSIVO (1989-1995)

El segundo período democrático, encabezado por Carlos Saúl Menem, se inicia anticipadamente en julio de 1989. Su gobierno descarta todo enfrentamiento económico, nacional e internacional. Adopta un criterio pragmático y acepta las reglas de juego del proceso de globalización económico creciente y el pago de los compromisos del endeudamiento externo. 

MENEM CONVERTIBLE


Las estrategias a corto y mediano plazo se basaron en dos supuestos: 1) Es necesario sanear la situación financiera estatal comprometida por la elevada deuda pública, por lo que un período transicional es indispensable, y , 2) La política económica a largo plazo debe seguir los principios del “Consenso de Washington”, implementando sus recomendaciones de apertura externa y privatizaciones, lo que dio inicio a un oscuro proceso de privatización de empresas estatales de producción de bienes y servicios.

La inserción eficiente en el mercado internacional obliga a asumir el desafío de la competitividad y el ingreso a nuevos mercados. La Argentina y Brasil estimulan la creación de un acuerdo de integración regional que incluye a Paraguay y Uruguay en su primera etapa. Este acuerdo apunta a constituir desde el 1° de enero de 1995 una Unión Aduanera que promueve la desaparición de las fronteras interiores para el tránsito de bienes y personas, y el establecimiento de un Arancel Externo Común.

En el año y medio transicional, iniciado con la sanción de una Ley de Emergencia que permite al poder ejecutivo transformar con total libertad al Estado, se lanza el Plan de Convertibilidad en marzo de 1991. Esta ley establecía un tipo de cambio fijo, por ley, y convertía a la moneda argentina en un apéndice del dólar, renunciando a una política monetaria y cambiaria autónoma. El objetivo era la estabilización de precios y el control de la hiperinflación. Para garantizar la convertibilidad, el Estado se compromete a no emitir moneda para financiar su déficit interno. Por lo tanto, el nivel de circulación de moneda interna dependía de las reservas en moneda externa que poseía el Banco Central.

La política económica, a cargo del ministro Domingo Cavallo, a partir de la Convertibilidad apuntó a obtener un superávit fiscal para el pago de la deuda externa. Con este fin se alentó la recaudación impositiva, se incorporaron recursos provenientes de las privatizaciones y se tomaron créditos internos y externos. A diferencia de la etapa de Ajuste Recesivo anterior, el plan impuso el “Ajuste Expansivo”. 
CARLOS MENEM Y DOMINGO CAVALLO SONRIENDO

Como la mayor parte de los ingresos provenían de los impuestos al consumo, fue preciso estimular la expansión del consumo para alcanzar el superávit presupuestario. El crecimiento económico era fundamental para el plan, sin importar cuales eran los sectores productivos y sociales favorecidos. 
A la vez, el proceso de privatizaciones permitió afianzar los vínculos con los grupos económicos. En todos los casos los compradores resultaron asociaciones entre grupos económicos locales, empresas internacionales y algunos de los principales bancos acreedores de la deuda del Estado. 

Las importaciones subsidiadas por un tipo de cambio sobrevaluado crecieron espectacularmente frente a un aumento moderado de las exportaciones, lo que provocó una competencia ruinosa para la industria nacional y un desequilibrio en la balanza comercial cada vez mayor. El sistema financiero recibió abundantes recursos provenientes del exterior. Este ingreso de fondos especulativos, necesarios para financiar el saldo negativo de la balanza de pagos, sirvió para alimentar el crédito al consumo y permitió la expansión productiva. 

A partir de 1994, cuando se interrumpe el flujo de ingresos especulativos por el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, se produce una emigración de capitales hacia el exterior provocando una drástica caída en el nivel de los depósitos y un incremento excesivo de las tasas de interés interno, que a su vez provocó el cese de los créditos al consumo y a la producción, y la quiebra de numerosos bancos.

Entre 1994 y 1995 desaparecieron decenas de miles de pequeñas y medianas empresas, acentuando la presencia cada vez más dominante de grandes conglomerados productivos alentando el proceso de concentración económica. La estrategia económica dominante generó resultados altamente costosos desde el punto de vista social: explosivo crecimiento del desempleo y subempleo estructural, una caída en el nivel de vida de la población y una redistribución del ingreso altamente regresiva. 
LA DESREGULACIÓN DEL ESTADO, CARICATURA.

Se hizo evidente la polarización social en dos polos; el de los más pobres y el de los más ricos. Una gran parte de los sectores medios engrosan las filas de los “nuevos pobres” que anteriormente eran pequeños y medianos empresarios, profesionales, jubilados, empleados públicos, asalariados del sector terciario y otros integrantes de la clase media.

El modelo neoliberal fue el responsable de serios desajustes socio-económicos y produjo un alto nivel de endeudamiento externo. Durante el plan de Convertibilidad la deuda externa se incrementó en un 50%. Es de destacar que el P.B.I. per cápita de 1995 es inferior al registrado en 1969.  

En estos cuatro años, el proceso de crecimiento de la producción fue muy selectivo, los rubros más favorecidos estuvieron encabezados por el sector automotor, los electrodomésticos, las agroindustrias, encabezadas por el aceite de soja, y el petróleo. Otras actividades que crecieron fueron la construcción de viviendas para sectores medios y altos, así como las relacionadas con la producción de bienes suntuarios. La apertura externa, vía Mercosur, permitió ampliar la venta de insumos y alimentos que la economía brasileña no producía. Sin embargo, esta expansión no fue suficiente para compensar los problemas recesivos ni la subutilización de la fuerza de trabajo. Hacia fines de 1995, la mayoría de los sectores que habían logrado elevar su ritmo de actividad, mostraron claros signos de retroceso.

Si bien el producto bruto entre 1991 y 1995 se incrementó en un 18,2, mientras los salarios se estancaban o retrocedían. El incremento de la productividad tuvo un destino concreto, el sector del capital. Como conclusión de este último cuarto de siglo, sembrado de conflictos sociales y políticos queda, un saldo poco satisfactorio. La aceptación mayoritaria de la sociedad argentina, expresada a través de las urnas en 1995, supuso valorizar la estabilidad y reconocer las serias dificultades en escoger un camino alternativo antes que rechazar las condiciones cada vez peores del nivel de la calidad de vida. Esta situación insostenible, continuada por el gobierno de De la Rua desde el 10 de diciembre de 2009, hizo explosión en el 2001. El inevitable estallido social, caracterizado por saqueos y desmanes en distintos puntos del país, puso fin a este círculo vicioso de ajuste y endeudamiento recurrentes.

Adaptación de ROFMAN, A Y ROMERO L.A,  SISTEMA SOCIOECONÓMICO Y ESTRUCTURAL REGIONAL EN LA ARGENTINA, Amorrou, Bs. As. 1998. P-p 109-202

Ver siguiente: CONSECUENCIAS DEL NEOLIBERALISMO EN ARGENTINA, CRISIS DE 2001.

Actividades:

1) Establecé las diferencias entre las etapas de AJUSTE ESTRUCTURAL Y AJUSTE EXPANSIVO.

DEMOCRACIA Y NEOLIBERALISMO

Ver anterior: GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA Y DICTADURA.

LA RESTAURACIÓN DEMOCRÁTICA, AJUSTE ESTRUCTURAL Y AJUSTE EXPANSIVO (1983-2001)

El 30 de octubre de 1983 es electo presidente Raúl Ricardo Alfonsín, apoyado por un amplio consenso, con la propuesta de construir un Estado de derecho. Sin embargo, la vigencia de las instituciones democráticas no alcanzaba para desarmar la trampa económica heredada del gobierno militar y responder a los reclamos populares.
RAÚL RICARDO ALFONSÍN, 1983

Los sectores económicos concentrados, asociados al capital financiero internacional, impulsaron el acuerdo del gobierno con el F.M.I. (Fondo Monetario Internacional) para regularizar el problema de la impagable deuda externa. La presión ejercida por estos grupos, junto con los reclamos obreros hizo peligrar la continuidad del gobierno.

Debe reconocerse a favor de éste gobierno el afianzamiento de las libertades democráticas y el enjuiciamiento de las Juntas Militares que encabezaron la represión durante la última dictadura. En 1983 el contexto económico internacional estuvo marcado por una traumática moratoria de la deuda externa mexicana que provocó un impresionante aumento en las tasas de interés. Los países deudores como la Argentina debieron ordenarse bajo un modelo de ajuste estructural. El gobierno tuvo el compromiso de asegurar, antes que nada, el pago de los compromisos internacionales.

Los cinco años y medio de la renovada ilusión democrática, finalmente frustrada, son la historia del enfrentamiento entre quienes quieren cobrar estrictamente y aquellos que intentan, sin lograrlo, reformular esa exigencia para dejar un espacio para el desarrollo de una política nacional relativamente autónoma.

El Ajuste Estructural es el enfoque neoliberal de la estrategia de crecimiento. Este enfoque se orienta hacia dos objetivos: Por una parte, el puntual pago de la deuda externa; Por otra, busca insertar a las economías de los países dependientes en el nuevo escenario económico internacional. El principal argumento que utiliza este enfoque es el elevado costo que implica mantener el Estado de Bienestar, característico de la etapa anterior. El Estado, entonces, debe reducirse en tamaño y aumentar en eficiencia para ser menos costoso a la actividad privada que para su sostenimiento debe pagar altos impuestos. La reducción del Estado debe realizarse al costo social que sea necesario y su intervención reguladora debe ser suprimida para que las fuerzas de la iniciativa empresarial se desarrollen dentro de las fuerzas del mercado.

Para lograr la reducción del Estado de Bienestar existe una “receta”: La privatización, la apertura comercial y financiera, la desregulación y la estabilidad de la moneda. Estas acciones privilegian el equilibrio de las cuentas del Estado y exigen un excedente presupuestario anual equivalente al pago del capital y los intereses de la deuda externa.
LEVANTAMIENTO MILITAR DE SEMANA SANTA

Entre 1983 y 1987 se intentó, en un principio, acordar con los acreedores un plan de pagos que permitiera la acumulación interna y dilatara los plazos para los pagos de los compromisos existentes. Más adelante, se intentó conformar un “club de deudores” para afrontar de forma conjunta con otros estados latinoamericanos el proceso de negociación con los acreedores externos. A los sucesivos fracasos de estos intentos se sumó la pérdida de la credibilidad de la palabra oficial cuando se desató la crisis militar de Semana Santa.

El poder económico concentrado, la C.G.T., y los bancos acreedores, jugaron un importante rol perturbador económico y social, donde cada sector defendía sus propios intereses perjudicando al conjunto de la sociedad, acelerando la inflación y debilitando al poder del Estado para negociar con el exterior.

Entre 1985 y 1989 se vivieron cuatro años de crisis económicas recurrentes, de conflictos sociales (13 paros generales de la C.G.T.), que acentuaron el retroceso productivo. El “golpe de mercado” final fue el derrumbe del Plan Primavera, ideado en Agosto de 1988. EL plan, fue un acuerdo intersectorial e internacional que apuntaba a contener la inflación y a buscar un acuerdo con los acreedores externos a quienes se les habían suspendido el pago de los intereses de la deuda desde principio de año.

A principios de 1989, la banca financiera multilateral, los acreedores externos, los grandes grupos económicos y la dirigencia política opositora decidieron que era preferible apostar al candidato opositor y descartar todo acuerdo con el gobierno. El acelerado aumento de precios entre marzo y mayo de 1989 destruyó el Plan Primavera provocando una hiperinflación de tres dígitos y precipitó una entrega anticipada del gobierno en medio de saqueos y asaltos a comercios.

La crisis hiperinflacionaria compartida entre el gobierno entrante, de Carlos Saúl Menem, y el saliente, de Alfonsín, elevó a cifras inéditas los niveles de pobreza y desempleo. El P.B.I. de 1989 fue un 10% menor al de 1983, e incluso menor al del inicio del gobierno militar.

sábado, 15 de septiembre de 2012

LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCION DE IMPORTACIONES


EL MODELO DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (1930 – 1943)

La crisis económica mundial desorganizó el sistema económico argentino, basado en la exportación de productos agropecuarios. La crisis y la posterior guerra mundial debilitaron los vínculos de dependencia permitiendo a los grupos dominantes una mayor autonomía en la toma de decisiones.

La nueva organización del mercado mundial estuvo marcada por una situación desfavorable para los productos primarios, por la disminución de las inversiones internacionales y la implantación de barreras proteccionistas en los países centrales.
Este proceso de cambios impactó en la economía nacional e impulsó modificaciones profundas que provocaron el fin del modelo agroexportador y dan lugar a un modelo de “sustitución de importaciones”.

Luego de la crisis se diferencian dos etapas en la estructuración del poder. La primera es conocida como “la década infame” y comienza con el golpe de estado de 1930 hasta el golpe de 1943. La segunda etapa esta signada por el desarrollo del peronismo.

La crisis de 1930 abrió en Argentina un proceso de expansión y desarrollo industrial basado en la sustitución de importaciones. Este proceso no alteró la estructura social argentina, por el contrario, la oligarquía terrateniente, núcleo del sector dominante, se adaptó a las nuevas condiciones y lideró la nueva organización. A diferencia de los procesos de desarrollo europeos, en nuestro país, no se originó un grupo industrial autónomo y enfrentado con el sector terrateniente sino que surgió dentro de éste último.

La respuesta a la crisis mundial por parte de la oligarquía consistió en recuperar el poder político desplazando al radicalismo yrigoyenista que había alcanzado el poder desde la cración de la ley Saenz Peña, por medio de un golpe de estado. La acción de la oligarquía se caracterizó por una activa intervención del estado con el objetivo de salvar el sistema económico en su totalidad.

Como respuesta a un mercado externo que había disminuido sus demandas de productos primarios (con la consiguiente disminución de sus precios internacionales que provocó un deterioro en los intercambios comerciales con los países centrales) el Estado adoptó la política de regular la producción y comercialización de productos agropecuarios mediante la Junta Nacional de Granos y Carnes.

Su función consistía en limitar la producción con el fin de sostener los precios de estos productos disminuyendo su oferta en el mercado. El Estado logró, de esta manera, asegurar la renta agraria para los grandes terratenientes arruinando a pequeños hacendados acentuando el proceso de concentración de las tierras.

El problema más grave fue el peso que adquirió el pago de la deuda externa lo cual obligó superar la falta de divisas. Con esta finalidad se procedió a limitar las importaciones; se cerró la caja de conversión, se impusieron controles de cambio y se creó el Banco Central. Este nuevo período estuvo fuertemente influido por la intervención directa del Estado en la economía.

La alianza estratégica entre argentina y Gran Bretaña que había caracterizado al modelo agroexportador se vio perjudicada en esta etapa por barreras proteccionistas, impuestas por esta última, que otorgaban preferencia a sus dominios para la importación de carnes. El Estado firmó el Pacto Roca- Runciman para obtener la asignación de una cuota en el mercado de carnes inglés a cambio de un trato preferencial de la inversiones inglesas en Argentina que colocó a la Argentina en una situación de semi-colonia.

Este tratado limitaba los beneficios al sector más importante de productores ganaderos, los invernadores (dueños de grandes extensiones donde engordan al ganado), directamente relacionados con los frigoríficos. Los criadores establecidos en las zonas marginales quedaron subordinados a los invernadores. La conducción del Estado, a partir de 1930 quedó subordinada a los invernadores, vinculados al capital financiero internacional radicado en el país. 

El pacto Roca- Runciman fue el primer paso para recuperar el mercado perdido con la crisis mundial. La persistencia de la crisis los impulsó a buscar una alternativa que se ajustara mejor a la nueva situación. La alternativa más conveniente fue el desarrollo de la actividad productiva orientada al mercado interno. Se elaboró un plan de protección y estímulo a la industria local llamado plan de Reactivación industrial, conocido como plan Pinedo, en 1940.

Se estableció un severo control de algunas importaciones tendiente a equilibrar la balanza de pagos y se estimuló el crédito industrial en los proyectos estatales. Sin embargo, la industria tenía un modesto campo de acción y sus capitales se encontraban estrechamente vinculados a los sectores agropecuarios y con los capitales extranjeros. Esto explica los beneficios que obtuvo el grupo dominante estimulando la expansión de ese sector y explica también el desinterés por un crecimiento industrial más amplio.

La industrialización se limitó a abastecer el mercado interno alcanzando un intenso incremento de la producción sobre la capacidad industrial ya existente, y una rápida acumulación de capital gracias al poder del grupo dominante para reducir al mínimo los ingresos del sector obrero. La resistencia del sector obrero se vio limitada tanto por la recesión y el desempleo como por la debilidad de la organización sindical.

Sin embargo, la industrialización aceleró el proceso de migraciones internas que, empujadas por la crisis del sector agrícola, engrosaron la población del Gran Buenos Aires y se incorporaron al sector obrero. Esta situación modificó lentamente el equilibrio logrado por el grupo dominante. La acción sindical de los trabajadores se orientó hacia la obtención de mejores salarios y condiciones de trabajo. La ola de huelgas entre 1939/1942 fue el elemento que movilizó los cambios de la estructura de poder en la etapa siguiente.

Ver siguiente: INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES 1943-1953