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Este blog es un espacio diseñado para los alumnos de 5º año de la escuela media. Aqui podrán encontrar el material de clases de la asignatura HISTORIA 5 .
Desde aqui podrán acceder no sólo al programa y los contenidos, también les acerco material fílmico, documentales, música, textos, pinturas, y otros. que les permitirán ampliar su comprensión de los temas abordados en clase.

Prof. Federcio Cantó

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viernes, 26 de octubre de 2012

NEOLIBERALISMO Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN ARGENTINA

Ver anterior: ARGENTINA, CRISIS DEL 2001.

LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LOS AÑOS NEOLIBERALES

La ilusión de la “primavera democrática” y la canalización de las demandas sociales mediante la acción poítico-partidaria decayeron cuando la política se mostró incapaz de cumplir las promesas de atender la cuestión social agravada luego de la crisis de la deuda de 1982 y el Plan Austral. En este contexto, Argentina como otros países de América Latina, se sumó a la puesta en marcha de las políticas abiertamente neoliberales. El llamado “Consenso de Washington” proponía la liberalización comercial, privatizaciones, apertura y desregulación del mercado, y ajuste estructural del Estado. Sus recomendaciones fueron seguidas por la administración de Carlos Menem (1989-1999) en un contexto de debilidad de los partidos políticos tradicionales,  y de subordinación orgánica de la Confederación General del Trabajo (CGT) al partido de gobierno.
CONSENSO DE WASHINGTON

La implementación del orden neoliberal afectó dos centros ordenadores de la sociedad argentina: el mundo del trabajo y el Estado. Las elevadas tasas de desocupación, precarización e informalidad impactaron directamente en el incremento de la pobreza y, por lo tanto, en las condiciones de vulnerabilidad social de amplios sectores. Las transformaciones también se hicieron sentir en el proceso de reterritorrialización de los trabajadores .La nueva territorialidad transformó los barrios obreros cercanos a los cordones industriales  en barrios de desocupados. Así, la crisis de representación que afectó a los sindicatos produjo una tendencia a la formación y consolidación de nuevos liderazgos territoriales y comunitarios que canalizaron las demandas de los sectores populares.

Es también difícil de comprender la dinámica política Argentina sin una referencia al Estado, el “sentido común” neoliberal postuló la ineficiencia del Estado para la promoción de bienestar social y la provisión de bienes y servicios públicos, frente a una predicada virtud del mercado como mecanismo eficiente de coordinación social. Mientras lo público y político era desacreditado, el discurso neoliberal fomentaba el individualismo y la privatización. En esta perspectiva, mientras el mundo del trabajo evidenciaba profundas transformaciones, el Estado se retiraba de su lugar de coordinación social y garante de los derechos sociales y económicos para dar lugar al mercado como mecanismo de coordinación social y distribución de recursos. 

Acción colectiva y movimientos sociales en los años neoliberales

CTA, MANIFESTACIÓN
La hegemonía neoliberal (o neoconservadora) debió enfrentar acciones y movimientos sociales producidos por sectores que entendían al nuevo orden como injusto. La formación de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), grupo de sindicatos que se separa de la C.G.T.,  emergió como referente en el campo de protesta de los años noventa, tanto por la acción de sus gremios de base (especialmente ATE y CTERA) como por su disposición a incorporar demandas  de diferentes sectores: desocupados, los jubilados, las amas de casa y los estudiantes. También por reconocer como trabajadores a quienes venden su fuerza de trabajo en el mercado informal ya sean “motoqueros” o meretrices. Por otra parte, dentro de la CGT, y sin proponer un modelo sindical alternativo pero apartándose de la orientación neoliberal del gobierno de Carlos Menem, se conformó el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA). El MTA  fue creado como una línea interna integrada mayoritariamente por los sindicatos ligados al transporte y encabezada por el secretario general del sindicato de Camioneros Hugo Moyano.

Los espacios de resistencia se fueron diversificando y organizando desde los “barrios desbordados”  originando uno de los sujetos políticos más novedosos el “Movimiento de Trabajadores Desocupados”.  El movimiento de trabajadores desocupados, o “movimiento piquetero”, fue bautizado así por la prensa nacional para nombrar a los pobladores que cortaron rutas a mediados de la década del noventa en localidades como Cutral Co y Plaza Huincul (1996-1997) y Salta (1997-1998). Con sus primeras acciones de protesta resignificó el “piquete” como un instrumento de acción capaz de obtener notable visibilidad. Este movimiento alcanzó mayor desarrollo en las zonas fabriles devastadas por la política de desindustrialización que propuso el neoliberalismo.

MTD- ANÍBAL VERÓN
 El MTD incorporó el corte como opción estratégica (que adquirió rasgos identitarios, culturales y simbólicos) y  logró participar en la administración de diferentes planes sociales que el gobierno nacional, provincial y local ofreció como modo de descomprimir el conflicto y obligaba a los desocupados a organizar ciertos emprendimientos con una contraprestación. La posibilidad de acceder a recursos y la necesidad de construir proyectos cooperativos para mantenerlos incentivó a las organizaciones de desocupados, las cuales construyeron espacios comunitarios que propusieron nuevos lugares de encuentro y experiencias colectivas. Comedores populares, merenderos, emprendimientos “productivos” como panaderías, pequeños talleres textiles.

 En julio de 2001, ya en la aceleración de los conflictos que estallarían en diciembre, se convocaron a encuentros nacionales de organizaciones sociales –conocidos como Congresos Piqueteros- que acodaron un pliego de reivindicaciones y un plan conjunto de acciones de protesta. De allí en adelante las divisiones internas, los realineamientos y la incapacidad de articulación del movimiento con otros sectores evidenciaron los límites de la lógica “movimiento social”.

La relación de los movimientos de trabajadores desocupados con el sindicalismo no ha sido fácil. La CTA procuró desde un inicio dar una respuesta organizativa a los trabajadores desempleados haciendo hincapié en su condición de trabajadores a través de la promoción de la afiliación directa a la Central. Si bien la CTA articuló con un conjunto de organizaciones de desocupados ha sido su Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV) -originalmente pensada para dar cuenta de las problemáticas barriales de los trabajadores- su principal herramienta de acumulación bajo el liderazgo de Luis D’elia. Por su parte el MTA realizó algunos apoyos a reclamos puntuales de los desocupados pero sin considerarlos parte del “movimiento obrero organizado” y un fenómeno coyuntural que se debilitaría en la medida que la Argentina salga del neoliberalismo y los trabajadores vuelvan a sindicalizarse. En general, el movimiento de desocupados fue visto con desconfianza por los sindicatos más tradicionales.
FTV. LUIS D´ELIA

 El movimiento de fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores, como casi todos los movimientos sociales, es heterogéneo, pero parten de una situación particular vinculada al cierre efectivo o inminente de la unidad productiva y la opción de los trabajadores de resistir esta situación ocupando la empresa y buscando su reapertura. Éste movimiento social sumó el aporte simbólico de una experiencia que se basa en poner en cuestión la propiedad de los medios de producción y el rol de los trabajadores, valorizando sus saberes e impugnando el lugar subordinado al que los arroja la obediencia al patrón y al capital.

MADRES DE PLAZA DE MAYO
Pero no todas las protestas sociales y los movimientos sociales que se desarrollaron en la década del noventa tuvieron demandas ligadas al mundo del trabajo. Entre estos movimientos sociales cabe destacar el compuesto por las organizaciones de derechos humanos que cobraron notoriedad en los últimos años de la dictadura militar y continuaron su accionar en la década del ochenta. Sus referentes más visibles fueron Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo. El pedido de las organizaciones de “aparición con vida” de los desaparecidos fue lentamente mutando en “juicio y castigo a los culpables” y el reclamo de información sobre el destino de las víctimas de la represión estatal.

El movimiento de derechos humanos se enfrentó a las llamadas “leyes de impunidad” (La Ley de obediencia debida y la Ley de Punto Final) promovidas por el gobierno de Raúl Alfonsín y luego a los indultos a los comandantes de las Fuerzas Armadas condenados en el “Juicio a las Juntas” de 1985 decretado por Carlos Menem. La agitada actividad de los organismos de derechos humanos tuvo una reactivación importante cuando hacia 1996 –el vigésimo aniversario del golpe de Estado- aparecieron los HIJOS, Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio, que agrupaba a los hijos de desaparecidos y asesinados por la dictadura.
H.I.J.O.S - ESCRACHE A MASSERRA

La emergencia en la escena pública de los jóvenes (la mayoría rondaba los veinte años) renovó la fortaleza del movimiento de derechos humanos ya que aprovechó los recursos materiales y simbólicos construidos en años de luchas anteriores a la vez que introdujo nuevas discusiones –a partir de una reivindicación de la militancia de los padres- y la instrumentación de un instrumento de acción colectiva popularizado como “escrache”. La presencia en la calle de los Hijos otorgó un nuevo espacio de visibilidad a los organismos de derechos humanos, especialmente Madres de Plaza de Mayo (dividida en dos corrientes) y Abuelas de Plaza de Mayo, acercando a la lucha a jóvenes a través de expresiones culturales como recitales de rock, murgas y teatro.

Los cambios en la dinámica política hicieron que en la década del noventa los movimientos sociales sean los encargados de procesar demandas más allá de los partidos y por fuera de los sindicatos

Diciembre de 2001

Las elecciones de 1999 llevaron a la Alianza UCR-Frepaso al gobierno nacional con la promesa de mantener las bases del modelo y atacar a la corrupción como principales promesas de campaña. No obstante, el modelo económico mostró cada vez más síntomas de agotamiento plasmados en una fuerte recesión y los escándalos de corrupción salpicaron al gobierno de Fernando de la Rúa, a la par que su figura sufría un importante descrédito. El deterioro en las condiciones socioeconómicas de gran parte de la población evidenciada por los índices de pobreza y desocupación, la crisis de representación política y el debilitamiento de la autoridad presidencial provocaron un aumento de las protestas desde 1999 hasta desembocar en diciembre de 2001, marcado por la desobediencia popular frente el estado de sitio dictado por el presidente Fernando de la Rúa y el enfrentamiento a la represión con más de treinta muertos por la policía.
CACEROLAZO 2001- QUE SE VAYAN TODOS

 El saldo organizativo de las jornadas de diciembre fueron las múltiples asambleas ciudadanas que se formaron bajo la consigna “Que se vayan todos”. La crisis de representación tuvo así en los sectores medios urbanos su cristalización organizativa en nucleamientos que asumían las formas asamblearias para la toma de decisiones, el “cacerolazo”, junto a otros instrumentos tradicionales, y una impugnación del vínculo representativo. Las asambleas repolitizaron espacios (el barrio, las plazas, la calle) y relaciones sociales (el vecinazgo) por fuera de los canales tradicionales de participación política y la lógica estatal de la política.

Las movilizaciones sociales encabezadas tanto por los movimientos de desocupados como por las insipientes y activas “Asambleas Barriales” confluyeron en la recordada marcha del 28 de enero de 2002, marcando el intento de articular bajo la consigna “piquete y cacerola, la lucha es una sola” demandas de dos de los actores de la protesta más visibles de aquel verano.

El gobierno de Eduardo Duhalde elaboró un juego de partidas múltiple y cortoplacista para dominar la crisis. La pesificación de la economía favoreció a un sector del empresariado que vieron licuadas sus deudas, entre ellos el principal formador de opinión del país en ese momento, el grupo Clarín, y sus cientos de empresas de medios de comunicación. Los partidos tradicionales brindaron un silencioso apoyo al intento de restituir el orden perdido, mientras que más enfáticos fueron los gobernadores quienes también veían amenazada la gobernabilidad de sus provincias. Lo sectores sindicales de la CGT en sus diferentes expresiones se mantuvieron expectantes ante la vuelta del Partido Justicialista al gobierno.

Los movimientos sociales más significativos como el movimiento de desocupados comenzaron a mostrar diferencias en sus organizaciones en cuanto a la estrategia a seguir y cómo relacionarse con el nuevo Gobierno. La entrada en vigencia de los Planes Jefes y Jefas de Hogar Desocupado supuso un ingreso de cincuenta dólares mensuales para casi dos millones de familias en la búsqueda de contener la demanda en las calles. Algunas organizaciones como la FTV y la CCC se enfocaron en obtener recursos para administrar mediante el acceso a planes de empleo y evaluaron que la profundización de la crisis no redundaría en transformaciones populares. Por su parte otro grupo de organizaciones nucleadas en la CTD Aníbal Verón y el Polo Obrero optaron por redoblar la apuesta con movilizaciones y protestas callejeras reclamando la ampliación de subsidios y aumento de los planes sociales. En una de estos cortes de rutas, el 26 de junio de 2002 fueron asesinados dos jóvenes manifestantes Darío Santillán y Maximiliano Kosteky por miembros de la policía de la provincia de Buenos Aires . Como respuesta a la muerte de los piqueteros se sucintaron nuevas olas de protestas que produjeron la articulación de los diferentes sectores, la CTA, los organismos de derechos humanos, las Asambleas Barriales y el movimiento estudiantil que forzaron a una convocatoria a elecciones presidenciales para marzo de 2003. Ante la inminencia de las elecciones los movimientos sociales optaron por mantenerse al margen de la contienda y en la mayoría de los casos denunciando la convocatoria como una trampa electoral. 

Referencia electrónica
Martín Retamozo, « Movimientos sociales, política y hegemonía en Argentina », Polis[En línea], 28 | 2011, Puesto en línea el 13 abril 2012, consultado el 25 octubre 2012. URL : http://polis.revues.org/1249 ; DOI : 10.4000/polis.1249


ACTIVIDADES:
a) Identificá las causas principales que impulsaron la formación de los movimientos sociales.
b) Diferenciá los distintos grupos y organizalos según el tipo de reclamo que los nuclea.
c) Identificá y describí las nuevas formas de protesta que pusieron en práctica estos grupos.

viernes, 19 de octubre de 2012

AJUSTE EXPANSIVO EN EL MENEMISMO


Ver anterior: RESTAURACIÓN DEMOCRÁTICA Y NEOLIBERALISMO.

MENEM Y EL AJUSTE EXPANSIVO (1989-1995)

El segundo período democrático, encabezado por Carlos Saúl Menem, se inicia anticipadamente en julio de 1989. Su gobierno descarta todo enfrentamiento económico, nacional e internacional. Adopta un criterio pragmático y acepta las reglas de juego del proceso de globalización económico creciente y el pago de los compromisos del endeudamiento externo. 

MENEM CONVERTIBLE


Las estrategias a corto y mediano plazo se basaron en dos supuestos: 1) Es necesario sanear la situación financiera estatal comprometida por la elevada deuda pública, por lo que un período transicional es indispensable, y , 2) La política económica a largo plazo debe seguir los principios del “Consenso de Washington”, implementando sus recomendaciones de apertura externa y privatizaciones, lo que dio inicio a un oscuro proceso de privatización de empresas estatales de producción de bienes y servicios.

La inserción eficiente en el mercado internacional obliga a asumir el desafío de la competitividad y el ingreso a nuevos mercados. La Argentina y Brasil estimulan la creación de un acuerdo de integración regional que incluye a Paraguay y Uruguay en su primera etapa. Este acuerdo apunta a constituir desde el 1° de enero de 1995 una Unión Aduanera que promueve la desaparición de las fronteras interiores para el tránsito de bienes y personas, y el establecimiento de un Arancel Externo Común.

En el año y medio transicional, iniciado con la sanción de una Ley de Emergencia que permite al poder ejecutivo transformar con total libertad al Estado, se lanza el Plan de Convertibilidad en marzo de 1991. Esta ley establecía un tipo de cambio fijo, por ley, y convertía a la moneda argentina en un apéndice del dólar, renunciando a una política monetaria y cambiaria autónoma. El objetivo era la estabilización de precios y el control de la hiperinflación. Para garantizar la convertibilidad, el Estado se compromete a no emitir moneda para financiar su déficit interno. Por lo tanto, el nivel de circulación de moneda interna dependía de las reservas en moneda externa que poseía el Banco Central.

La política económica, a cargo del ministro Domingo Cavallo, a partir de la Convertibilidad apuntó a obtener un superávit fiscal para el pago de la deuda externa. Con este fin se alentó la recaudación impositiva, se incorporaron recursos provenientes de las privatizaciones y se tomaron créditos internos y externos. A diferencia de la etapa de Ajuste Recesivo anterior, el plan impuso el “Ajuste Expansivo”. 
CARLOS MENEM Y DOMINGO CAVALLO SONRIENDO

Como la mayor parte de los ingresos provenían de los impuestos al consumo, fue preciso estimular la expansión del consumo para alcanzar el superávit presupuestario. El crecimiento económico era fundamental para el plan, sin importar cuales eran los sectores productivos y sociales favorecidos. 
A la vez, el proceso de privatizaciones permitió afianzar los vínculos con los grupos económicos. En todos los casos los compradores resultaron asociaciones entre grupos económicos locales, empresas internacionales y algunos de los principales bancos acreedores de la deuda del Estado. 

Las importaciones subsidiadas por un tipo de cambio sobrevaluado crecieron espectacularmente frente a un aumento moderado de las exportaciones, lo que provocó una competencia ruinosa para la industria nacional y un desequilibrio en la balanza comercial cada vez mayor. El sistema financiero recibió abundantes recursos provenientes del exterior. Este ingreso de fondos especulativos, necesarios para financiar el saldo negativo de la balanza de pagos, sirvió para alimentar el crédito al consumo y permitió la expansión productiva. 

A partir de 1994, cuando se interrumpe el flujo de ingresos especulativos por el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, se produce una emigración de capitales hacia el exterior provocando una drástica caída en el nivel de los depósitos y un incremento excesivo de las tasas de interés interno, que a su vez provocó el cese de los créditos al consumo y a la producción, y la quiebra de numerosos bancos.

Entre 1994 y 1995 desaparecieron decenas de miles de pequeñas y medianas empresas, acentuando la presencia cada vez más dominante de grandes conglomerados productivos alentando el proceso de concentración económica. La estrategia económica dominante generó resultados altamente costosos desde el punto de vista social: explosivo crecimiento del desempleo y subempleo estructural, una caída en el nivel de vida de la población y una redistribución del ingreso altamente regresiva. 
LA DESREGULACIÓN DEL ESTADO, CARICATURA.

Se hizo evidente la polarización social en dos polos; el de los más pobres y el de los más ricos. Una gran parte de los sectores medios engrosan las filas de los “nuevos pobres” que anteriormente eran pequeños y medianos empresarios, profesionales, jubilados, empleados públicos, asalariados del sector terciario y otros integrantes de la clase media.

El modelo neoliberal fue el responsable de serios desajustes socio-económicos y produjo un alto nivel de endeudamiento externo. Durante el plan de Convertibilidad la deuda externa se incrementó en un 50%. Es de destacar que el P.B.I. per cápita de 1995 es inferior al registrado en 1969.  

En estos cuatro años, el proceso de crecimiento de la producción fue muy selectivo, los rubros más favorecidos estuvieron encabezados por el sector automotor, los electrodomésticos, las agroindustrias, encabezadas por el aceite de soja, y el petróleo. Otras actividades que crecieron fueron la construcción de viviendas para sectores medios y altos, así como las relacionadas con la producción de bienes suntuarios. La apertura externa, vía Mercosur, permitió ampliar la venta de insumos y alimentos que la economía brasileña no producía. Sin embargo, esta expansión no fue suficiente para compensar los problemas recesivos ni la subutilización de la fuerza de trabajo. Hacia fines de 1995, la mayoría de los sectores que habían logrado elevar su ritmo de actividad, mostraron claros signos de retroceso.

Si bien el producto bruto entre 1991 y 1995 se incrementó en un 18,2, mientras los salarios se estancaban o retrocedían. El incremento de la productividad tuvo un destino concreto, el sector del capital. Como conclusión de este último cuarto de siglo, sembrado de conflictos sociales y políticos queda, un saldo poco satisfactorio. La aceptación mayoritaria de la sociedad argentina, expresada a través de las urnas en 1995, supuso valorizar la estabilidad y reconocer las serias dificultades en escoger un camino alternativo antes que rechazar las condiciones cada vez peores del nivel de la calidad de vida. Esta situación insostenible, continuada por el gobierno de De la Rua desde el 10 de diciembre de 2009, hizo explosión en el 2001. El inevitable estallido social, caracterizado por saqueos y desmanes en distintos puntos del país, puso fin a este círculo vicioso de ajuste y endeudamiento recurrentes.

Adaptación de ROFMAN, A Y ROMERO L.A,  SISTEMA SOCIOECONÓMICO Y ESTRUCTURAL REGIONAL EN LA ARGENTINA, Amorrou, Bs. As. 1998. P-p 109-202

Ver siguiente: CONSECUENCIAS DEL NEOLIBERALISMO EN ARGENTINA, CRISIS DE 2001.

Actividades:

1) Establecé las diferencias entre las etapas de AJUSTE ESTRUCTURAL Y AJUSTE EXPANSIVO.

DEMOCRACIA Y NEOLIBERALISMO

Ver anterior: GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA Y DICTADURA.

LA RESTAURACIÓN DEMOCRÁTICA, AJUSTE ESTRUCTURAL Y AJUSTE EXPANSIVO (1983-2001)

El 30 de octubre de 1983 es electo presidente Raúl Ricardo Alfonsín, apoyado por un amplio consenso, con la propuesta de construir un Estado de derecho. Sin embargo, la vigencia de las instituciones democráticas no alcanzaba para desarmar la trampa económica heredada del gobierno militar y responder a los reclamos populares.
RAÚL RICARDO ALFONSÍN, 1983

Los sectores económicos concentrados, asociados al capital financiero internacional, impulsaron el acuerdo del gobierno con el F.M.I. (Fondo Monetario Internacional) para regularizar el problema de la impagable deuda externa. La presión ejercida por estos grupos, junto con los reclamos obreros hizo peligrar la continuidad del gobierno.

Debe reconocerse a favor de éste gobierno el afianzamiento de las libertades democráticas y el enjuiciamiento de las Juntas Militares que encabezaron la represión durante la última dictadura. En 1983 el contexto económico internacional estuvo marcado por una traumática moratoria de la deuda externa mexicana que provocó un impresionante aumento en las tasas de interés. Los países deudores como la Argentina debieron ordenarse bajo un modelo de ajuste estructural. El gobierno tuvo el compromiso de asegurar, antes que nada, el pago de los compromisos internacionales.

Los cinco años y medio de la renovada ilusión democrática, finalmente frustrada, son la historia del enfrentamiento entre quienes quieren cobrar estrictamente y aquellos que intentan, sin lograrlo, reformular esa exigencia para dejar un espacio para el desarrollo de una política nacional relativamente autónoma.

El Ajuste Estructural es el enfoque neoliberal de la estrategia de crecimiento. Este enfoque se orienta hacia dos objetivos: Por una parte, el puntual pago de la deuda externa; Por otra, busca insertar a las economías de los países dependientes en el nuevo escenario económico internacional. El principal argumento que utiliza este enfoque es el elevado costo que implica mantener el Estado de Bienestar, característico de la etapa anterior. El Estado, entonces, debe reducirse en tamaño y aumentar en eficiencia para ser menos costoso a la actividad privada que para su sostenimiento debe pagar altos impuestos. La reducción del Estado debe realizarse al costo social que sea necesario y su intervención reguladora debe ser suprimida para que las fuerzas de la iniciativa empresarial se desarrollen dentro de las fuerzas del mercado.

Para lograr la reducción del Estado de Bienestar existe una “receta”: La privatización, la apertura comercial y financiera, la desregulación y la estabilidad de la moneda. Estas acciones privilegian el equilibrio de las cuentas del Estado y exigen un excedente presupuestario anual equivalente al pago del capital y los intereses de la deuda externa.
LEVANTAMIENTO MILITAR DE SEMANA SANTA

Entre 1983 y 1987 se intentó, en un principio, acordar con los acreedores un plan de pagos que permitiera la acumulación interna y dilatara los plazos para los pagos de los compromisos existentes. Más adelante, se intentó conformar un “club de deudores” para afrontar de forma conjunta con otros estados latinoamericanos el proceso de negociación con los acreedores externos. A los sucesivos fracasos de estos intentos se sumó la pérdida de la credibilidad de la palabra oficial cuando se desató la crisis militar de Semana Santa.

El poder económico concentrado, la C.G.T., y los bancos acreedores, jugaron un importante rol perturbador económico y social, donde cada sector defendía sus propios intereses perjudicando al conjunto de la sociedad, acelerando la inflación y debilitando al poder del Estado para negociar con el exterior.

Entre 1985 y 1989 se vivieron cuatro años de crisis económicas recurrentes, de conflictos sociales (13 paros generales de la C.G.T.), que acentuaron el retroceso productivo. El “golpe de mercado” final fue el derrumbe del Plan Primavera, ideado en Agosto de 1988. EL plan, fue un acuerdo intersectorial e internacional que apuntaba a contener la inflación y a buscar un acuerdo con los acreedores externos a quienes se les habían suspendido el pago de los intereses de la deuda desde principio de año.

A principios de 1989, la banca financiera multilateral, los acreedores externos, los grandes grupos económicos y la dirigencia política opositora decidieron que era preferible apostar al candidato opositor y descartar todo acuerdo con el gobierno. El acelerado aumento de precios entre marzo y mayo de 1989 destruyó el Plan Primavera provocando una hiperinflación de tres dígitos y precipitó una entrega anticipada del gobierno en medio de saqueos y asaltos a comercios.

La crisis hiperinflacionaria compartida entre el gobierno entrante, de Carlos Saúl Menem, y el saliente, de Alfonsín, elevó a cifras inéditas los niveles de pobreza y desempleo. El P.B.I. de 1989 fue un 10% menor al de 1983, e incluso menor al del inicio del gobierno militar.

sábado, 6 de octubre de 2012

DESARROLLISMO Y PENETRACIÓN DEL CAPITAL EXTRANJERO

Ver anterior:PERONISMO Y CIUDADANÍA
LA PENETRACIÓN DEL CAPITAL INTERNACIONAL (1952-1972)

La finalización de la guerra de Corea, en 1953, marcó el fin de la demanda internacional de productos alimenticios y la baja de sus precios. Esta situación provocó la desintegración del bloque de poder peronista y demostró la incapacidad del campo para sostener el proceso de desarrollo industrial. 

Se hicieron frecuentes los enfrentamientos entre el sector obrero y la burguesía industrial, y el gobierno no pudo sostener habitual su política  de arbitraje. Los salarios quedaron retrasados frente a la inflación y se multiplicaron las huelgas obreras. Por otra parte, el peronismo también tuvo enfrentamientos con los sectores militares y con la Iglesia. El descontento social fue canalizado por los partidos tradicionales como el radicalismo que comenzó a combatir al peronismo.
TAPA CLARÍN "REVOLUCIÓN LIBERTADORA

La única salida posible para el peronismo fue la apertura de la economía a los capitales extranjeros para promover el desarrollo industrial. La Ley de Radicación de Capitales de 1953 incentivó las inversiones extranjeras hacia las actividades mineras e industriales y estableció un régimen de promoción industrial que beneficiaba con exenciones impositivas a ciertas actividades. El gobierno firmó contratos con empresas petroleras norteamericanas modificando su postura frente a los EE.UU. 
Las contradicciones de esta etapa del peronismo, sumadas al levantamiento militar, provocaron la caída de Perón. La llamada “Revolución Libertadora” de 1955 fue apoyada por distintas fracciones de la burguesía en las que destaca el sector agrario tradicional, quien logra reconstruir su predominio con el apoyo de partidos de clase media como el radicalismo.

El gobierno militar buscó hacer frente a la crisis económica aplicando un plan de estabilización de precios, congelamiento de salarios y reducción de los gastos del Estado. Se procuró a estimular la producción agraria mediante devaluaciones de la moneda que se reflejaron en una traslación de ingresos hacia el campo. Por otra parte, Argentina, ingresó al F.M.I y al Banco Mundial para acceder al mercado de capitales con la consecuente pérdida de autonomía en la política económica nacional.

ARTURO FRONDIZI Y JOHN KENNEDY EN BUENOS AIRES
En 1958, con el peronismo excluido, ganó las elecciones nacionales el radical Arturo Frondizi. Su política económica se orientó al desarrollo de las industrias básicas como el petróleo, la química y la siderurgia, con el aporte de capital internacional. En un principio estos capitales reactivaron la economía estimulando el crecimiento de las industrias asociadas a las industrias básicas ampliando el mercado de la mano de obra y la ocupación. Si bien en un principio parecían dadas las condiciones para lograr la participación de los sectores populares en los beneficios del crecimiento industrial, pronto se fueron percibiendo los resultados de fondo propios del nuevo modelo “desarrollista”.

La acción del capital internacional colocó en una situación de desventaja a los sectores industriales que habían prosperado en el período de sustitución de importaciones. Las grandes corporaciones, con el aporte de una alta tecnificación,  poseían una mayor productividad y absorbían menos mano de obra que las industrias locales. Por otra parte, el ingreso de capitales extranjeros condicionaba a la política económica nacional. Para que éstos invirtieran en nuestro país, el Estado debía garantizar políticas de estabilización monetaria y restricción del gasto público que afectaban directamente a las clases medias y populares. Esta situación agudizaba el problema político; la presión obrera no sólo exigía mejoras salariales sino también la legalización del peronismo. 

Sumado a la presión obrera se sucedieron constantes “planteos” militares que exigían la implementación autoritaria del programa de modernización. El gobierno de Frondizi, ante la imposibilidad de derrotar  al peronismo en las elecciones provinciales de 1962, fue derrocado por un golpe militar. El último intento para salvar el sistema democrático representativo fue llevado a cabo en 1963 por el gobierno de Arturo Illia, quien representaba a la U.C.R.P.  La Unión Cívica Radical del Pueblo fue una agrupación política dividida de la UCR que, sobre una base de clase media, intentó incorporar al peronismo sin darle el poder y realizar a su vez la obra modernizadora.
ILLIA CARICATURIZADO POR LA PRENSA

Su gobierno se mostró ineficaz al tratar de imponer una tímida aplicación de la doctrina de la CEPAL. La amenaza del triunfo del peronismo en las elecciones de 1965 y la radicalización de sus métodos de lucha sumados al fracaso económico provocaron su caída en 1966. Había quedado en evidencia la incapacidad de la política para adaptar a la Argentina a las condiciones creadas por el capitalismo internacional que hacía necesario realizar cambios profundos y poco populares.

La solución más coherente fue la “Revolución Argentina” que puso a las Fuerzas Armadas en el poder, asistidas por eficientes tecnócratas que respondían a los intereses del capital internacional más concentrado. El nuevo orden representado por el capital monopólico respaldado por las Fuerzas Armadas se definió como autoritario y no democrático. Utilizando un doble juego de represión y soborno a los sectores más privilegiados del movimiento obrero, llevó adelante el plan de modernización. 

El plan “Krieger Vasena” impuso la estabilidad monetaria mediante el congelamiento de precios y salarios, la contención de la inflación, la reducción del gasto público, la racionalización administrativa y la elaboración de instrumentos legales que favorecían la libre acción de las inversiones extranjeras.

La dictadura impuesta por la “Revolución Argentina” fracasó en su intento de perpetuarse en el poder. En un clima de inestabilidad política y violentas represiones, fue aumentando el accionar de organizaciones armadas clandestinas como el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), Montoneros y las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). El aumento de la conmoción social no podía ser contenida y, en 1972,  se optó por la apertura democrática con participación del peronismo sin Perón. No era posible gobernar con falta de legitimidad y sin consenso de las masas populares.
Desde sus comienzos, la Revolución Argentina, buscó atraer a los capitales extranjeros otorgando privilegios para que invirtieran en actividades mineras e industriales. Gradualmente se fueron ampliando los privilegios llegando a permitirse la libre transferencia de utilidades y capitales sin ningún tipo de control por parte del Estado.

Hacia 1965 las inversiones de los EE.UU. representaban el 50% de los capitales extranjeros. Atraídos por los privilegios y el mercado creado por la política proteccionista del peronismo, un reducido grupo de grandes corporaciones monopólicas se orientaron a la producción petroquímica, siderúrgica, automotriz y electrónica.

Si bien estas inversiones representaban un aporte positivo en el momento de su ingreso, el giro de utilidades sin ningún tipo de control, crearon un problema en la balanza de pagos. El sector agrario, pese a las repetidas devaluaciones de la moneda para aumentar su competitividad, demostró ser incapaz de producir las divisas necesarias para equilibrar la balanza de pagos. Por otra parte, las exportaciones de productos industriales chocaron con las barreras arancelarias levantadas por Estados Unidos.

Este modelo impulsó la dependencia del sistema productivo argentino que adoptó las pautas de funcionamiento del sistema internacional. La imposición de criterios de eficiencia aceleró la concentración monopólica y las grandes empresas fueron subordinando a las demás. El sistema productivo se dividió entre sectores modernos y eficientes y los sectores antiguos, que no pueden incorporarse a la modernización y quedan cada vez más atrasados. Lo mismo sucede con la mano de obra. Dentro de esta política se estimuló la liquidación de zonas que no eran eficientes, como el Chaco algodonero y el Tucumán azucarero.

La nueva forma de dependencia tecnológica-industrial tiene como protagonista a las empresas multinacionales. Éstas se caracterizan por disponer de vastos recursos financieros, permanente actualización tecnológica que aumenta su productividad y el control de múltiples mercados nacionales en forma simultánea.

El rol de Estado se concentró en inversiones en infraestructura en las zonas de mayor demanda. La realización de obras viales, redes de oleoductos y gasoductos, y la generación de energía eléctrica caracterizan a este período.

ACTIVIDADES:

a) ¿Por qué causas el año 1953 marca el fin del modelo de sustitución de importaciones?
b) Justificá la siguiente frase: “El peronismo del ´53 al ´55 cae en una contradicción.”
c) Identificá los grupos sociales que impulsan el golpe del ´55.
d) Explicá en que consiste el “desarrollismo.”
e) ¿Cuáles son las ventajas y las desventajas del “desarrollismo”?
f) Compará la composición de los grupos sociales que impulsan el golpe del ´55 y el del ´66.
g) Definí las características  y consecuencias del plan de modernización. 
h) ¿Cuál es el rol del Estado durante el período ´55 /”72.
i) Organizá  una línea de tiempo política del período.
j) Elaborá, mediante argumentos, un juicio de valor sobre este período de la historia argentina.

viernes, 28 de septiembre de 2012

PERONISMO Y CIUDADANÍA


EL PERONISMO Y UNA NUEVA CONCEPCIÓN DE LA CIUDADANÍA

El atractivo político fundamental del peronismo reside en su capacidad para redefinir la noción de ciudadanía dentro de un contexto más amplio, esencialmente social. La cuestión de la ciudadanía en sí misma, y la del acceso a la plenitud de los derechos políticos, fue un aspecto poderoso del discurso peronista, donde formó parte de un lenguaje de protesta, de gran resonancia popular, frente a la exclusión política. Algo del poder de esos componentes del lenguaje político peronista se originó en que ya formaban parte del lenguaje tradicional de la política democrática, que demandaba igualdad de acceso a los derechos políticos. Esa tradición ya se había encarnado principalmente en la Unión Cívica Radical y su líder Hipólito Yrigoyen.

Antes de 1930, el partido radical había movilizado a las clases medias urbanas y rurales, así como a una porción no pequeña de las clases humildes urbanas, con una retórica y con un lenguaje tradicional acerca de la ciudadanía y los derechos y obligaciones de carácter político. […]. El éxito de Perón con los trabajadores se explicó, más bien, por su capacidad de refundir el problema total de la ciudadanía en un molde nuevo, de carácter social.

El discurso peronista negó la validez de la separación, formulada por el liberalismo, entre el Estado y la política por un lado y la sociedad civil por el otro. La ciudadanía ya no debía ser definida más dentro de la sociedad política, sino redefinida en función de la esfera económica y social de la sociedad civil. En los términos de su retórica, luchar por los derechos en el orden de la política implicaba inevitablemente el cambio social. Más aún, al subrayar constantemente la dimensión social de la ciudadanía, Perón, desafiaba en forma explícita la validez del concepto de democracia que la limitaba al goce de derechos políticos formales, y a la vez ampliaba ese concepto hasta hacerlo incluir en la participación de la vida social y económica de la nación.

En parte esto se reflejó en la reclamación de una democracia que incluyera derechos y reformas sociales, así como en una actitud que trataba con escepticismo las demandas políticas formuladas por el liberalismo formal. Esto se tornó del todo patente en la campaña electoral de 1946.

El llamamiento político de la Unión Democrática se expresó poco menos que totalmente en el lenguaje de las consignas  democrático liberales. En los discursos y manifiestos políticos no hubo virtualmente mención alguna al tema social. En cambio, se encuentra un discurso político totalmente estructurado en términos de libertad, democracia, la Constitución, elecciones libres, libertad de palabra y demás.

James, Daniel. Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora
argentina 1946-1976. Buenos Aires, Sudamericana, 1990, pp. 27-30.

Actividad:
a) Compará y establecé las diferencias entre el concepto de ciudadanía liberal y el concepto de ciudadanía del peronismo.

martes, 18 de septiembre de 2012

LA PLAZA DE MAYO: 17 DE OCTUBRE

Ver anterior: El GOLPE DE ESTADO DE 1943.

LA PLAZA DE MAYO Y EL 17 DE OCTUBRE

El hecho de que la manifestación culminara en la Plaza de Mayo fue por sí solo significativo. Hasta 1945 esa plaza, situada frente a la casa de Gobierno, había sido en gran medida un territorio reservado a la gente  decente, y los trabajadores que se aventuraban allí sin saco ni corbata fueron más de una vez alejados e incluso detenidos.

Una fotografía ampliamente difundida que se tomó el 17 de octubre (ver foto) muestra a los obreros arremangados y sentados en los bordes de las fuentes de la plaza, con los pies sumergidos en el agua. El simbolismo implícito en esta imagen es fácil de apreciar si se tiene en cuenta el sentimiento de incomodidad que embargaba al obrero Lautaro Ferlini cuando visitaba el sector céntrico en los años anteriores al peronismo.

Gran parte de ese espíritu de irreverencia y blasfemia, y de esa redistribución del espacio público, característicos de 17 de octubre y la campaña electoral siguiente, parecerían constituir una suerte de anfiteatro basado en el ridículo y el insulto, contra la autoridad simbólica y las pretensiones de la elite argentina. El resultado fue, por cierto, desinflar un tanto la seguridad que la elite tenía de sí misma. También representó una recuperación del orgullo y la autoestima de la clase trabajadora. […]

Esa combinación de significados simbólicos es sagazmente captada en los recuerdos que Félix Luna escribe del 17 de octubre, el día en que él y sus compañeros de estudio, todos radicales antiperonistas, vieron desfilar por la ciudad a las columnas de trabajadores: Bueno, ahí estaban, como si hubieran querido mostrar todo su poder para que nadie dudara de que realmente existían. Ahí estaban por toda la ciudad, pululando en grupos que parecían un mismo grupo multiplicado por centenares.

Los mirábamos desde la vereda con un sentimiento parecido a la compasión. ¿Entonces existían? ¿Tantos? ¿Tan diferentes a nosotros? ¿Realmente venían a pie desde estos suburbios cuyos nombres componían una vaga geografía desconocida. Una terra incógnita por la que nunca habíamos andado? […] Habíamos recorrido todos esos días los lugares donde se debatían preocupaciones como las nuestras. Nos habíamos movido en un mapa conocido, familiar: la facultad, la Recoleta en el entierro de Salmón Feijóo, la Plaza San Martín, la Casa Radical. Todo, hasta entonces, era coherente y lógico: todo apoyaba nuestras propias creencias. Pero ese día cuando empezaron a estallar las voces y a desfilar las columnas de rostros anónimos color tierra sentíamos vacilar algo que hasta entonces había sido inconmovible.

James, Daniel. Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina 1946-1976. Buenos Aires, Sudamericana, 1990, pp. 49-50.

Actividad: Lee el texto “La Plaza de Mayo y el 17 de Octubre “ y responde las preguntas:

a) ¿Por qué los obreros marchan hacia la plaza de Mayo?
b) ¿Qué intenta trasmitir el autor al hablar de “redistribución del espacio público?
c) ¿Cuál es la visión de elite argentina frente a la marcha de los obreros?
d) ¿Que importancia tuvo para las clases populares esta manifestación?



domingo, 16 de septiembre de 2012

I.S.I - 1943-1952

Ver anterior: INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES

A partir de 1943 se produce en Argentina una experiencia política conocida como nacionalismo popular. Su rasgo más notable frente a otras experiencias latinoamericanas fue que surge cuando las posibilidades del proceso de sustitución de importaciones ya habían encontrado su límite. El proceso de sustitución de importaciones se acelera a partir de 1940 por causa de la Segunda Guerra Mundial.

El desarrollo industrial que hasta entonces se había limitado a industrias ya instaladas adquirió un nuevo mercado por la guerra: repuestos, metalurgia, etc. Por otra parte, la coyuntura provocada por la guerra creó una nueva demanda de productos agropecuarios, junto al alza de sus precios, produciendo el ingreso de gran cantidad de divisas y saldos comerciales favorables que convirtieron a la Argentina en acreedora de los países centrales.


El movimiento peronista se presentó como una alianza entre los sectores más nuevos y pujantes de la burguesía industrial y la clase obrera, organizada y amparada por el Estado. Este ofició de árbitro entre las tensiones que se generaban en el desarrollo de ambos grupos. Sin embargo, nunca intentó afectar el interés, ni el fundamento del poder de los grandes terratenientes: las tierras.

Una parte de las políticas básicas del peronismo fue la distribución de los ingresos con el fin de ampliar el mercado interno impulsando la industria de los bienes durables. La mayor demanda de productos de consumo orientó a volcar los esfuerzos económicos hacia ese tipo de industrias abandonando el proyecto industrializador, de base en la industria pesada, del ejército. Este tipo de política económica sólo era sostenible en tanto y en cuanto fueran compatibles las variables de acumulación y la redistribución de los ingresos.

El proyecto industrial por sustitución de importaciones que correspondió a la década del treinta y que fue retomado por el peronismo, tendía a beneficiar a las industrias de consumo que se beneficiaban con medidas de protección y estímulo. En un principio fue la industria textil que era fácil de desarrollar, pues se poseían las materias primas e incorporaba a una gran cantidad de mano de obra. La Segunda Guerra mundial extendió la ampliación de las ramas industriales que abastecían al mercado interno. Este proceso concentró el interés del Estado y paralizó los intentos de desarrollo de las inversiones en la producción de bienes de capital.

La nueva orientación del proceso de sustitución de importaciones creó una estructura de coexistencia entre grandes empresas de tipo semimonopólicas con alta concentración y una gran cantidad de pequeñas empresas. La expansión de esta segunda etapa estuvo signada por la utilización intensiva de la capacidad instalada, siendo escasa las inversiones en mejoras tecnológicas generando una dependencia de su subsistencia asociada a la protección estatal. El resultado fue un estancamiento del desarrollo industrial a partir de 1947.

La sustitución de importaciones, al no modificar profundamente las estructuras de producción argentinas, pronto alcanzó sus límites. Esta situación derivó pronto en una mayor dependencia con el exterior de donde provenían los insumos industriales necesarios para abastecer a las industrias productoras de bienes de consumo. La agricultura y la ganadería fueron incapaces de producir las divisas necesarias para adquirir estos bienes de capital.

daptación de ROFMAN, A Y ROMERO L.A, SISTEMA SOCIOECONÓMICO Y ESTRUCTURAL REGIONAL EN LA ARGENTINA, Amorrou, Bs. As. 1998. P-p 109-202

Ver siguiente: 17 DE OCTUBRE Y LA PLAZA DE MAYO.
ACTIVIDADES:

1) Describí el contexto mundial en el que se desarrolla este período desde 1930 hasta 1952?
2) ¿Qué estrategia utiliza el sector terrateniente para recuperar el control político del Estado?
3) ¿Por qué se diferencias dos etapas dentro del proceso de conformación del modelo de sustitución de importaciones?
4) ¿Cómo evoluciona la conformación del grupo dominante en las fases de este modelo?
5) ¿Cómo evoluciona el rol del Estado en estas etapas?
6) ¿En qué aspectos repercuten las migraciones internas sobre la organización del movimiento obrero?
7) ¿Cuáles son los límites de las dos etapas de este modelo?
8) Realizá un cuadro comparativo donde se expresen las diferencias entre las dos etapas del modelo de sustitución de importaciones. Oganizálo de acuerdo a las siguientes categorías: Contexto internacional- Grupos dominantes – Rol del Estado - situación de la clase trabajadora – actividades económicas-
9) Anailizá el cuadro de la segunda fase del modelo y explicá que sucede con la balanza comercial en este período.






sábado, 15 de septiembre de 2012

LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCION DE IMPORTACIONES


EL MODELO DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (1930 – 1943)

La crisis económica mundial desorganizó el sistema económico argentino, basado en la exportación de productos agropecuarios. La crisis y la posterior guerra mundial debilitaron los vínculos de dependencia permitiendo a los grupos dominantes una mayor autonomía en la toma de decisiones.

La nueva organización del mercado mundial estuvo marcada por una situación desfavorable para los productos primarios, por la disminución de las inversiones internacionales y la implantación de barreras proteccionistas en los países centrales.
Este proceso de cambios impactó en la economía nacional e impulsó modificaciones profundas que provocaron el fin del modelo agroexportador y dan lugar a un modelo de “sustitución de importaciones”.

Luego de la crisis se diferencian dos etapas en la estructuración del poder. La primera es conocida como “la década infame” y comienza con el golpe de estado de 1930 hasta el golpe de 1943. La segunda etapa esta signada por el desarrollo del peronismo.

La crisis de 1930 abrió en Argentina un proceso de expansión y desarrollo industrial basado en la sustitución de importaciones. Este proceso no alteró la estructura social argentina, por el contrario, la oligarquía terrateniente, núcleo del sector dominante, se adaptó a las nuevas condiciones y lideró la nueva organización. A diferencia de los procesos de desarrollo europeos, en nuestro país, no se originó un grupo industrial autónomo y enfrentado con el sector terrateniente sino que surgió dentro de éste último.

La respuesta a la crisis mundial por parte de la oligarquía consistió en recuperar el poder político desplazando al radicalismo yrigoyenista que había alcanzado el poder desde la cración de la ley Saenz Peña, por medio de un golpe de estado. La acción de la oligarquía se caracterizó por una activa intervención del estado con el objetivo de salvar el sistema económico en su totalidad.

Como respuesta a un mercado externo que había disminuido sus demandas de productos primarios (con la consiguiente disminución de sus precios internacionales que provocó un deterioro en los intercambios comerciales con los países centrales) el Estado adoptó la política de regular la producción y comercialización de productos agropecuarios mediante la Junta Nacional de Granos y Carnes.

Su función consistía en limitar la producción con el fin de sostener los precios de estos productos disminuyendo su oferta en el mercado. El Estado logró, de esta manera, asegurar la renta agraria para los grandes terratenientes arruinando a pequeños hacendados acentuando el proceso de concentración de las tierras.

El problema más grave fue el peso que adquirió el pago de la deuda externa lo cual obligó superar la falta de divisas. Con esta finalidad se procedió a limitar las importaciones; se cerró la caja de conversión, se impusieron controles de cambio y se creó el Banco Central. Este nuevo período estuvo fuertemente influido por la intervención directa del Estado en la economía.

La alianza estratégica entre argentina y Gran Bretaña que había caracterizado al modelo agroexportador se vio perjudicada en esta etapa por barreras proteccionistas, impuestas por esta última, que otorgaban preferencia a sus dominios para la importación de carnes. El Estado firmó el Pacto Roca- Runciman para obtener la asignación de una cuota en el mercado de carnes inglés a cambio de un trato preferencial de la inversiones inglesas en Argentina que colocó a la Argentina en una situación de semi-colonia.

Este tratado limitaba los beneficios al sector más importante de productores ganaderos, los invernadores (dueños de grandes extensiones donde engordan al ganado), directamente relacionados con los frigoríficos. Los criadores establecidos en las zonas marginales quedaron subordinados a los invernadores. La conducción del Estado, a partir de 1930 quedó subordinada a los invernadores, vinculados al capital financiero internacional radicado en el país. 

El pacto Roca- Runciman fue el primer paso para recuperar el mercado perdido con la crisis mundial. La persistencia de la crisis los impulsó a buscar una alternativa que se ajustara mejor a la nueva situación. La alternativa más conveniente fue el desarrollo de la actividad productiva orientada al mercado interno. Se elaboró un plan de protección y estímulo a la industria local llamado plan de Reactivación industrial, conocido como plan Pinedo, en 1940.

Se estableció un severo control de algunas importaciones tendiente a equilibrar la balanza de pagos y se estimuló el crédito industrial en los proyectos estatales. Sin embargo, la industria tenía un modesto campo de acción y sus capitales se encontraban estrechamente vinculados a los sectores agropecuarios y con los capitales extranjeros. Esto explica los beneficios que obtuvo el grupo dominante estimulando la expansión de ese sector y explica también el desinterés por un crecimiento industrial más amplio.

La industrialización se limitó a abastecer el mercado interno alcanzando un intenso incremento de la producción sobre la capacidad industrial ya existente, y una rápida acumulación de capital gracias al poder del grupo dominante para reducir al mínimo los ingresos del sector obrero. La resistencia del sector obrero se vio limitada tanto por la recesión y el desempleo como por la debilidad de la organización sindical.

Sin embargo, la industrialización aceleró el proceso de migraciones internas que, empujadas por la crisis del sector agrícola, engrosaron la población del Gran Buenos Aires y se incorporaron al sector obrero. Esta situación modificó lentamente el equilibrio logrado por el grupo dominante. La acción sindical de los trabajadores se orientó hacia la obtención de mejores salarios y condiciones de trabajo. La ola de huelgas entre 1939/1942 fue el elemento que movilizó los cambios de la estructura de poder en la etapa siguiente.

Ver siguiente: INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES 1943-1953


viernes, 14 de septiembre de 2012

EL GOLPE DE ESTADO DE 1943

Ver anterior: PRESIDENCIA DE CASTILLO

EL GOLPE DE ESTADO DE 1943 

En junio de 1943 se produce el golpe militar, realizado por sectores que coinciden en desplazar al gobierno de Castillo y en terminar con la política del fraude. Una vez realizada la operación militar el nuevo régimen, liderado por el General Ramírez (foto), interviene las provincias y las universidades.

El gobierno de facto se ve envuelto en una serie de conflictos internos en torno a las distintas políticas a seguir; la más importante de ellas, la política respecto a la posición argentina ante el conflicto mundial. En enero de 1944, la República Argentina rompe relaciones con las potencias del eje. Presionado por las fuerzas políticas opositoras y ante una crisis en el gobierno Ramírez debe renunciar.

El General Farrell asume la presidencia en febrero de 1944 y designa como Vicepresidente al Coronel Juan Domingo Perón. El gobierno comienza a enfrentar los problemas urgentes del desarrollo del país.  En esta situación promulga el decreto N° 23.847, del 25 de agosto de 1944, creando el Consejo Nacional de Postguerra como órgano consultivo del vicepresidente de la Nación, el entonces Coronel Juan Domingo Perón. El Consejo tiene la finalidad de realizar los estudios necesarios para elaborar un plan de ordenamiento económico- social del país. 

Producida la revolución del 4 de junio de 1943, se asiste a la transformación del Estado. Se pasa de un Estado intervencionista defensivo a un Estado Planificador del desarrollo. Este hecho ocurre como consecuencia de los nuevos juegos de fuerzas que tenían lugar en la época, consecuencia de las nuevas condiciones impuestas por la crisis del 30 y por la guerra. Los nuevos actores de este período son: el sector industrial dentro de las clases dominantes, el proletariado urbano y la burocracia militar.

Una de las “cuestiones” que se plantea a partir de la década del 30 es el papel que el Estado debe asumir para fortalecer el orden social que se va conformando. La segunda guerra, acelera la industrialización por sustitución de importaciones y el Estado orienta el intervencionismo estatal en la línea de la planificación. Según surge del análisis del Consejo Nacional de Postguerra, es de fundamental importancia el hecho de que no es sólo una planificación de tipo económico sino que se propone reordenar la sociedad en su conjunto. 

No está ausente en esta intención, según lo expresara Perón en diversas oportunidades, el crear una sociedad estabilizada, basada en el bienestar social, que permitiera superar las amenazas de los conflictos sociales. Aquí es posible reconocer el pensamiento de las FFAA que otorgan una importancia fundamental a la necesidad de superar un clima social que favorecía a la propaganda marxista.

Las políticas económico-sociales que impulsa Perón provocan la reacción de distintos sectores que no veían con buenos ojos el notable apoyo que había logrado de la clase obrera. En Octubre de 1945 Perón es obligado a renunciar y fue enviado detenido a la Isla Martín García. Sin embargo, el 17 de Octubre un enorme movimiento de las masas obreras del gran Buenos Aires emprendió la marcha hacia la plaza de Mayo exigiendo la liberación de Perón.

Frente a la presión popular el Coronel Perón es liberado y el General Farrell realiza la convocatoria a elecciones generales para el 24 de febrero de 1946. Las clases populares inauguran un nuevo periodo en la vida política del país. Por primera vez en la historia argentina la voz del pueblo no pudo ser ignorada por los grupos dominantes.

Ver siguiente: INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES

LA DÉCADA INFAME


Ver anterior: ARGENTINA Y EL ESTADO INTERVENCIONISTA

LA DECADA INFAME

El 6 de septiembre de 1930 se inicia un período marcado por la irrupción del autoritarismo. El golpe de Estado, que derroca al presidente Hipólito Yrigoyen, inaugura en la historia Argentina un período de irrupciones permanente a la continuidad democrática. Este golpe significó el retorno a las viejas prácticas del fraude electoral, a la corrupción y a los negociados. Por esta razón este período de la historia Argentina es conocido con el nombre de Década Infame.

Se observa en la población un creciente descreimiento en la democracia y en sus instituciones. Al igual que en Europa ciertos sectores políticos y de las Fuerzas Armadas vieron con desconfianza al sistema democrático porque creían que no sería capaz de contener a la sociedad y mantener el orden.

Las elecciones de 1931 y de 1937 estuvieron marcadas por toda clase de irregularidades. En los comicios de 1931, vetados sus candidatos, los radicales directamente se abstuvieron de participar. En 1937 los resultados se cambiaron en el correo. Los presidentes que se sucedieron a lo largo de este período fueron:

Gral. José Félix Uriburu (1930-1932)
Gral. Agustín P. Justo (1932- 1938)
Roberto M. Ortiz (1938-1940)
Ramón S. Castillo (1940-1943)

La sucesión de gobiernos civiles y militares (a partir de 1930) llevó a un camino complejo en el desarrollo de la historia nacional. Los enfrentamientos, las divisiones y las tensiones pasaron a ser corrientes en el manejo de la política argentina.

LA POLITICA DEL PERÍODO

Luego del Golpe de 1930, Uriburu no llegó a gobernar dos años completos. El período fue difícil, ya que la Argentina sufría las consecuencias de la crisis económica de los Estados Unidos (1929). Por otra parte, Uriburu pretendía llevar adelante un proyecto “corporativo” que incluía la reforma de la Constitución Nacional. Estas aspiraciones no tuvieron buena recepción y Uriburu fue perdiendo apoyos. 

Esta situación lo llevó a buscar una salida electoral que le permitiera retirarse de la presidencia. La Concordancia (unión de diversos sectores como conservadores, socialistas independientes, disidentes radicales, entre otros) obtuvo el triunfo en las elecciones de 1931. Este “triunfo” se alcanzó a través de la práctica del fraude electoral (no se respetaría la voluntad popular). A esta práctica se la denominó fraude patriótico. De esta forma se garantizaba que los gobiernos no cayeran en manos de la “chusma radical”.

Los recién electos Agustín P. Justo (Presidente) y Julio A. Roca(Vicepresidente) representaban los intereses de los sectores conservadores y permitían el retorno al poder de los grupos que lo habían controlado hasta antes de 1916. El gobierno tomó importantes medidas, especialmente en el área económica, como la firma del pacto Roca Runciman. Por otra parte el rol de Estado se transforma y se toma mucho más activo e interventor. Frente a la crisis, el gobierno intenta que el Estado se convierta en una herramienta que permita la regulación de la economía. 

Gracias a la práctica sistemática del “fraude patriótico” en 1938 llega a la presidencia Roberto M. Ortiz, ex radical antipersonalista trabajamos en la etapa y Ramón S. Castillo, conservador, como vicepresidente. Es importante destacar que Ortiz intentó generar un cambio en la práctica política de la época. A pesar de llegar al gobierno a través del fraude, una vez en él, intentó combatirlo interviniendo las provincias en las que se produjeran elecciones corruptas.

Sin embargo, su presidencia estuvo plagada de dificultades. Su salud (sufría de diabetes muy aguda) se deterioró (debió tomar algunas licencias) y la situación internacional (Segunda Guerra Mundial) influyeron directamente en el desarrollo de la historia política y económica de la Argentina. La política exterior de la Argentina frente a la Guerra fue la neutralidad. 

Sin embargo, la sociedad se dividió frente a la guerra: Algunos (terratenientes y comerciantes vinculados con el comercio exterior) estaban a favor de los aliados. Los nuevos sectores industriales se inclinaban por la neutralidad. Otros, como los sectores más nacionalistas y los militares, se sentían atraídos por el Eje. Consideraban a Inglaterra y a los Estados Unidos como países imperialistas que avasallaban la independencia de otros estados. La guerra era un tema preocupante, pero su finalización y quien obtuviera el triunfo definitivo también generaba ondas preocupaciones. ¿En qué situación quedaría la Argentina frente al mundo?

La política de los Estados Unidos (a partir de su ingreso al conflicto en 1941) fue de hostigamiento hacia nuestro país, pues pretendía que la Argentina se alineara con los aliados y analizaba su neutralidad como signo de simpatía por el Eje.

Actividad: Explica en relación con lo trabajado:

a) ¿Por qué se conoce esta década con el nombre de “Década infame”?
b) ¿Qué significaba fraude patriótico?
c) ¿Por qué los gobiernos de la década infame lo aplicaban?
d) ¿Cuál fue la política adoptada por la Argentina frente a la Segunda Guerra Mundial?
e) ¿Existía unidad de criterio en cuanto al manejo de la política exterior Argentina?

Ver siguiente: PRESIDENCIA DE CASTILLO

jueves, 13 de septiembre de 2012

ARGENTINA, EL ESTADO INTERVENCIONISTA


Ver anterior: EL MOVIMIENTO DE PAÍSES NO ALINEADOS

EL ESTADO INTERVENCIONISTA EN ARGENTINA 
 Fuente http://aprenderencasa.educ.ar/aprender-en-casa/La%20d%E9cada%20infame.pdf:

Durante el período comprendido entre 1930 y 1975, el Estado contó con un nuevo rasgo que modificaría el tipo y la intensidad de sus vínculos con la sociedad: su carácter intervencionista. En términos de García Delgado: “El Estado deja de concebirse como gendarme y exclusivo protector de los derechos individuales para convertirse en garante de los derechos sociales .

Esta declinación del Estado liberal y su transformación en Estado social o de bienestar puede verse como el producto de la crisis y depresión económica internacional y de la consolidación de los regímenes comunistas en los cuales el Estado cumplía con importantes funciones. 

Otro de los cambios que se registra en la Argentina –y en el resto de América latina a partir de 1930 es la politización de las fuerzas armadas, una de cuyas consecuencias fue la inestabilidad política y la interrupción sistemática de los gobiernos democráticos a través de los golpes de Estado. Al respecto, en este período se presentan algunos sucesos vinculados a las fuerzas armadas y de seguridad, considerados como el inicio de la persecución ideológica violenta que la última dictadura militar (1976-1983) sistematizaría mediante la implantación del terrorismo de Estado.

En este período, al carácter intervencionista del Estado se suman transformaciones vinculadas a los inicios del proceso de industrialización en la Argentina y el surgimiento de nuevos actores sociales, como los empresarios industriales y los nuevos obreros urbanos. A través de estos últimos se conformó en la Argentina de mediados de siglo XX una de las experiencias más extendidas de sindicalización y de acceso de los trabajadores a nuevos derechos sociales y a un nuevo modo de concebir los derechos políticos. 

En el contexto del peronismo, la ciudadanía política se redefiniría a partir de la inclusión de una dimensión social de la que antes carecía. En los últimos años de este período, el poder de los sindicatos es vivido como una amenaza por los sectores hegemónicos, lo que explica la brutal represión en contra de este sector que se aborda en el período siguiente.

Ver siguiente: LA DÉCADA INFAME

domingo, 3 de junio de 2012

GUERRA FRÍA -EL BLOQUEO DE BERLÍN


Ver anterior: DOCTRINA TRUMAN- PLAN MARSHALL

EL BLOQUEO DE BERLÍN

CRISIS DE BERLÍN- MURO QUE SEPARABA  LAS DOS ALEMANIAS

La antigua capital del Reich había sido dividida en cuatro zonas de ocupación y se hallaba situada en el corazón de la zona de ocupación soviética. Las crecientes discrepancias entre los antiguos aliados hicieron de la cuestión de Berlín uno de los temas clave de la guerra fría.
Abandonadas las negociaciones para acordar  un status político común a la Alemania ocupada tras el fracaso de la Conferencia de Londres en 1947, los representantes de EE.UU., Gran Bretaña y Francia se reunieron y alcanzaron los Acuerdos de Londres (abril-junio de 1948) para iniciar un proceso constituyente en sus zonas de ocupación.  

El 18 de junio de 1948, los aliados occidentales dieron un paso más creando una nueva moneda para sus zonas de ocupación: el Deutschemark. Los soviéticos reaccionaron aplicando una reforma en su zona en la que incluyeron a la ciudad de Berlín, a la que consideraban parte integrante de la zona soviética. Cuando los occidentales trataron de introducir el Deutschemark en sus zonas de ocupación de Berlín. Las protestas soviéticas se tornaron en actos: se inició el bloqueo de Berlín. Mediante la interrupción de toda comunicación terrestre entre las zonas de ocupación occidental y Berlín occidental, Stalin confiaba en que Berlín oeste caería como una fruta madura en sus manos.

La reacción occidental sorprendió al dictador soviético. Los norteamericanos, con una pequeña ayuda británica, organizaron un impresionante puente aéreo que durante once meses y mediante más 275.000 vuelos consiguió abastecer a la población sitiada. Al mismo tiempo, la Casa Blanca hacía saber al Kremlin que no dudaría en usar la fuerza para hacer respetar los "corredores aéreos" que unían Berlín con la Alemania occidental. Stalin había subestimado las posibilidades del transporte aéreo y la resolución occidental a hacerle frente: el 12 de mayo de 1949 levantó el bloqueo de Berlín.


La crisis de Berlín creó un sentimiento fuerte de solidaridad entre los alemanes occidentales y los norteamericanos. Esta situación determinó la partición de Alemania: las tres zonas occidentales se constituyeron en la República Federal de Alemania que se dotó de una Ley Fundamental el 8 de mayo de 1949. Esta constitución establecía un sistema liberal democrático y contó con el visto bueno de las potencias occidentales. La URSS reaccionó en octubre con el establecimiento en su zona de ocupación de la República Democrática de Alemania, un estado creado siguiendo el modelo de las "democracias populares".

Ver siguiente: GUERRA FRÍA- CARRERA ARMAMENTISTA Y ESPACIAL